USAL se compromete 2030

La USAL este mes de abril junto al Decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales, Dr. Bernardo Jorge Nante, nos comparte su reflexión sobre el mes de la Salud y la ODS N 3.

Salud y bienestar “La salud integral y el bienestar que de ella se deriva, no sólo compete a las ciencias de la salud, sino a la cultura y a la sociedad como un todo. Una sociedad que cuida y procura el bienestar requiere de una educación integral que despierta hábitos cognitivos, valorativos y afectivos orientados hacia el bien individual y el bien común. 

La educación integral no consiste en impartir recetas sino en compartir principios, valores y prácticas que puedan ser asumidos con libertad y consciencia por cada persona humana, desde su propia situación peculiar de vida. De ese modo, la salud y el bienestar serán el resultado de un proceso esencialmente auto-educativo en el cual los hábitos sanos que contribuyen al bienestar se ejercen con consciencia y creatividad. De lo contrario, aún los hábitos supuestamente sanos, cuando se tornan mecánicos, no permiten la adaptación madura y conducente a las situaciones variables de la vida individual y social. 

Desde este punto de vista, la salud integral comunitaria y la salud integral individual dependen una de la otra. Sin embargo, para algunos pensadores contemporáneos esa dependencia sería eminentemente conflictiva. Así, mientras que en la “comunidad” se supone que se comparte algo valioso llamado en latín “munus” y que significa “don” o “virtud”; en la “inmunidad” se procura la salud mediante un rechazo de lo común en aras de una supuesta protección individual o individualista. 

Por cierto, no es necesario ser un especialista de la salud para comprobar que en las epidemias o pandemias la inmunización, por el contrario, contribuye con la comunidad. Similarmente también puede tomarse la metáfora de la “inmunidad” en sentido positivo. En la medida en que tal inmunización se aplique a aquello que contradice el proceso auto-educativo integral antes mencionado; se está cuidando de rechazar aquello que daña y, en vez, de compartir aquel regalo o don compartidos en la comunidad en pos de un bienestar común. 

La educación universitaria juega un rol clave en todo este proceso pues es la responsable de formar a los futuros formadores y líderes de la sociedad. De allí que la universidad sea altamente responsable de que su labor contribuya con la salud integral y el bienestar que de ella se deriva”