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SECRETARÍA DE PRENSA
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Anécdotas que enseñan: “El prendedor de perlas”

Esta sección está dedicada a difundir anécdotas de nuestra Universidad, actuales o de sus orígenes históricos que tratarán temas y circunstancias diversas y, en cada caso, se podrá pensar en una enseñanza que dejará la historia, que también es la historia de la Universidad del Salvador (USAL).

Anécdotas que enseñan aparece en cada primera publicación de "Noticias USAL" de cada mes, y su objetivo es anticipar la celebración del 70° Aniversario con historias breves y entretenidas.  Se invita a la Comunidad Universitaria a enviarnos anécdotas para publicar que, por supuesto, responderán a nuestra historia y a nuestra época, a: prensa@usal.edu.ar 
 

Hoy presentamos: “El prendedor de perlas”
Era una época en que todos los años se organizaba un simposio internacional, con invitados especiales y largas ponencias en largas jornadas. En esos encuentros se armaban grupos de trabajo, se hacían convenios o se establecían proyectos de investigación. 

Una vez, se creó un grupo que se reunía periódicamente en una de las salas del Rectorado, y pasaba por largas horas de discusión; además, como mérito aparte, a ese grupo pertenecía un Ministro de la Nación. El Ministro era un hombre muy amable, simpático y bromista, que sinceramente caía bien. El grupo tenía 6 miembros, entre ellos una compañera que era directora de un área, y yo como coordinadora.

Una tarde de noviembre, con una lluvia torrencial, llegaron el Ministro y al rato la directora, que se pusieron a charlar en espera de los compañeros que no cumplieron con la cita, a pesar de que después de una hora la lluvia había cesado y el calor húmedo era insoportable. En el Salón “San Ignacio de Loyola” había una charla, así que nos fuimos al Salón, el Ministro, mi compañera y yo, protestando en voz baja porque me habían confiado el cuidado de los pilotos. 

Colgué los pilotos en unas perchas y por un instante pensé que los pilotos tradicionales curiosamente tienen todos los mismos colores o muy similar y el mismo estampado interior, muy inglés. Cuando terminó la conferencia y la lluvia arreciaba nuevamente, con mala intuición, empecé a buscar a mis compañeros que, apurados como siempre, ya cruzaban la Avenida Callao… 

Mi compañera se dio cuenta del error por las miradas divertidas de los pasajeros del colectivo de la línea 37; el Ministro llegó a Casa de Gobierno con las mangas tres cuarto y un hermoso prendedor de perlas en la solapa.

Sin duda, las apariencias engañan. 
 

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