ODS: Mes del Ambiente

Varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) están referidos de manera directa o indirecta al modo en que los seres humanos habitamos nuestro planeta. Por lo menos cuatro de ellos están íntimamente relacionados con el hábitat construido, su entorno y el consumo de recursos energéticos para su construcción y operación. Esto habla de la relevancia que cobran los lugares que habitamos frente al desafío que presentan estos objetivos.

Alrededor de la arquitectura pasan cosas importantes, de hecho, en nuestro país casi el 28% de la energía es consumida por el sector residencial, por lo que nuestra disciplina tiene una gran responsabilidad frente a la sostenibilidad. El uso de sistemas artificiales de acondicionamiento cada vez más sofisticados por el aporte de novedosas aplicaciones informáticas no consiguen hacer frente a un consumo cada vez más desmesurado de energía.

Crear entornos construidos más eficientes significa aplicar un enfoque holístico a los sistemas naturales, humanos y económicos, para encontrar soluciones que favorezcan la calidad de vida de todos, dando respuesta no sólo a las condiciones de confort que deben brindar nuestros ámbitos sino a los recursos que utilizamos para lograrlo. Como expresión de esta mirada sobre el futuro, la Facultad de Arte y Arquitectura lleva a cabo diversas acciones que contribuyen a los ODS, integrando desde el año 2015 a su plan de estudios el Seminario de Arquitectura Sustentable, con el objetivo de formar profesionales comprometidos con el ambiente y capaces de formular espacios habitables en consonancia con el clima del lugar; entendiendo a esta interrelación como el factor básico para hacer un uso sensato de los recursos. Ese mismo año también se creó el Espacio de Arquitectura Bioclimática en el Campus “Nuestra Señora del Pilar”, en la que se promueven investigaciones y proyectos enfocados en las problemáticas relacionadas con la sustentabilidad a partir de tres ejes de trabajo: la investigación, llevando adelante proyectos que indagan la relación entre arquitectura y clima; las prácticas colaborativas con diversas materias propias de la carrera, como instancia de experiencia directa de los alumnos con las tecnologías aplicadas; y la vinculación con el medio a través de trabajos de extensión. Esta visión sobre la arquitectura y el compromiso en la formación de profesionales conscientes del ambiente, comporta disminuir el impacto que produce el hombre como parte del medio. Nuestro aporte es una valoración calificada, no sólo en términos de energía y recursos, sino en aquellos específicamente ambientales como suma compleja de lo visual, lo acústico y lo climático.