“Zita con Troilo y Piazzolla”
El lunes 18 de mayo se cumplieron 45 años de la muerte de Aníbal Carmelo Troilo, bautizado como "el bandoneón mayor de Buenos Aires", en base a su imagen potente y su enormidad de compositor, que lo transformaron en un mito en vida.
Hijo de padres italianos, circula una versión según la cual el apodo "Pichuco" proviene de "picciuso", que en un napolitano deformado querría decir "llorón"; y algo de eso había en aquella actitud con algo de Buda frente al bandoneón cuando se decía que en ciertos pasajes Troilo "hacía pucheros".
En el Museo Escenográfico “Botica del Ángel” hay un sector que su creador Eduardo Bergara Leumann lo llamo “Zita con Troilo y Piazzolla”. En ese espacio se hace un homenaje a los bandoneonista argentinos dónde están las estrellas con sus nombres.
Zita era la esposa de Aníbal Troilo, ambos muy amigos de Bergara, también se encuentran las sillas del café vecino de Troilo dónde muchas veces se encontraban Bergara, que comía, y Trolio, tomaba algunos whiskies.
Asimismo, están las obras de Hermenegildo Sabat dónde hay un retrato de Troilo maestro y gran intérprete del instrumento base del tango. Cabe señalar que por su orquesta, que formó con su sello particular, pasaron grandes músicos como Astor Piazzolla. Fue uno de los tantos, como muchos otros cantantes, que hicieron carrera.
Aníbal Troilo tenía una frase que decía “Siempre estoy llegando” y por suerte han quedado videos de programas y participaciones en películas. Fue el primer músico popular que tocó en el Teatro Colón.
Troilo le puso música a los versos de Homero Manzi, para un homenaje a Enrique Santos Discépolo cuando falleció. También, con Manzi escribió “Sur” y 61 temas más con diferentes músicos.
Aníbal Carmelo Troilo nació el 11 de julio de 1914 y vivió sesenta años. En el camino, se convirtió en el mayor bandoneonista de un país de bandoneonistas. Fue un compositor de tango exquisito y director de orquesta descollante. También era famoso por su buen ojo para descubrir a enormes talentos del canto, como Angelito Cárdenas, Raúl Berón y Francisco Florentino.
Poco antes de morir, en mayo de 1975, Aníbal Troilo le pidió a su esposa un favor: que al partir, legara sus bandoneones a tres amigos del alma que habían pasado por su gran orquesta de tango. Raúl Garello, Astor Piazzolla y Osvaldo Piro. La griega Zita cumplió. Este es el derrotero de aquellos fueyes y sus historias de arte, bohemia y genialidad.
Un poco de Historia Tanguera: https://m.youtube.com/watch?v=I71sOuLfw4o
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