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SECRETARÍA DE PRENSA
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¿Humanismo o Post-Humanismo? Desafíos y perspectivas

El Humanismo es uno de los cuatro ejes centrales –junto con la Utilidad, la Fe y la Justicia– que constituyen la Pedagogía Ignaciana. Antes los cambios culturales, tecnológicos y planetarios actuales: ¿qué vigencia tiene el humanismo? ¿Hay un nuevo humanismo? ¿Qué significa vivir como un ser humano?

Podemos decir qué cada época o cada generación del algún modo tiene que enfrentar y resolver estos interrogantes. En ese sentido, en una mirada de larga duración, se pueden observar abreviadamente distintos humanismos: el renacentista, el ilustrado racionalista, el tecnológico. Cada uno con sus aportes y limitaciones. Plantear hoy la necesidad de delinear un nuevo humanismo parece indiscutible, y consecuentemente preguntarse qué se mantiene, qué cambia, qué se incorpora como distintivo de lo humano.

Con ese objetivo se inició la Pedagogía Ignaciana asumiendo –aunque con una distancia crítica– el humanismo tal como se definía en el siglo XVI, incorporando a su tarea educadora y evangelizadora las obras, por ejemplo, de Cicerón y otros autores. Eso comprendía una formación cívica, estética, literaria y moral compartida con otros seres humanos, buscando captar lo mejor en toda la realidad humana y en todas las culturas. 

Del humanismo renacentista, básicamente literario y retórico, derivó con el tiempo, un humanismo individualista, etnocentrista y depredador, basado en cierto tipo de ciencia con notables y beneficiosos éxitos técnicos, pero también con efectos destructores existenciales, sociales y ambientales que hoy constatamos más agudamente. 

Es decir, se volvió dominante una razón instrumental, capaz de proporcionarnos más y mejores medios, pero carente de fines: ¿para qué crecemos? ¿Hacia dónde se dirige la humanidad? O que calla ante cuestiones decisivas: ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué tantas adicciones? ¿Por qué tanta injusticia en las relaciones sociales? ¿Por qué tanta pobreza y carencia en contraste con el consumismo y el derroche? 

El carácter humanista de una universidad no proviene exclusivamente de algunas disciplinas o iniciativas específicas sino de la perspectiva con la cual se enseña e investiga. Esta premisa es esencial para que la actividad universitaria se oriente al desarrollo de una ciencia al servicio de la vida de las personas, de la protección del medio ambiente y el fomento de una vida social justa y pacífica. 

Varias de estas cuestiones fueron abordadas en el coloquio virtual que el Vicerrectorado de Formación organizó el 2 de junio con la participación especial de la Dra. Gabriela Renault y el Lic. R.P. Juan José Milano en el ámbito del “Semanario Permanente de Pedagogía Ignaciana·.

Se puede acceder a sus presentaciones en:
https://drive.google.com/file/d/1E_PedZNEHRkbzUlKS3dcVl4REFN8p0TE/view?usp=sharing



 

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