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Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de la ONU Medio Ambiente.

Preocupación por el cambio climático

Con la 4° Cumbre de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente como telón de fondo, el autor reflexiona sobre los desafíos que enfrenta la agenda ambiental.
 
La directora ejecutiva interina de la ONU Medio Ambiente, Joyce Msuya, instó a los países del mundo a trabajar de manera más enérgica por el cambio climático. "El tiempo se nos acaba. Debemos ir más allá de las promesas y la política. Más allá de los compromisos con poca rendición de cuentas. Lo que está en juego es la vida y la sociedad, en la forma en que la mayoría de nosotros la conocemos y disfrutamos hoy”. Esta fuerte apelación fue lanzada pocas horas antes de iniciarse en Nairobi, Kenya, la cuarta Cumbre de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, evento que centra el foco sobre "Soluciones innovadoras para los desafíos ambientales, la producción y el consumo sostenibles”.

Si en la economía más desarrollada del planeta existe una evidente asimetría en percepciones sobre el cambio climático, entre su principal cabeza política y los referentes de la economía real, ¿qué se puede esperar del mundo en desarrollo?, podría pensarse sin rubor. Sin embargo, allá y acá subyacen serios problemas de comunicación por parte de dirigentes, empresarios, científicos, académicos, periodistas, intelectuales e incluso artistas. La interpelación que se lanza ante tamaño desafío, es la de cómo optimizar la comunicación del cambio climático. De qué manera contribuir a lubricar cada uno de los engranajes, incluidos en todo el proceso de traslado de contenidos entre las fuentes de información, los gobiernos, las empresas, sus decisores y la opinión pública. Es el espíritu que anima al Programa de Comunicación del CC de la Yale University: ayudar a que la preocupación se convierta en acción.

Dicho programa se aplica ahora también en la Argentina con el soporte técnico y académico de la USAL y fruto de ello, surgen indicadores que permiten hacer un seguimiento sistémico del comportamiento de la opinión pública argentina y a partir de allí encarar líneas de investigación que redunden en una mejor calidad en la gestión de la comunicación sobre el cambio climático. Un paso más en dirección a eliminar esas excusas que suelen aflorar, cuando se pretende maquillar a los déficits de gestión, transfiriendo sus falencias sólo al escenario de la comunicación.

Según el último informe elaborado a nivel nacional por la Universidad del Salvador (USAL) y la Universidad de Yale, EEUU que han establecido una alianza estratégica "para estudiar la percepción pública argentina del cambio climático y mejorar las estrategias de comunicación para el cambio climático en Argentina", casi 8 de 10 entrevistados expresaron no tener dudas sobre la existencia del problema, pero no siempre lo rotundo es sinónimo de positivo. En términos de psicología social la aceptación mayoritaria de un flagelo, sin demandas concretas hacia los decisores, puede también significar resignación ante un fenómeno sobre el cual, el público en general da por sentado que es poco lo que se puede hacer.
 
Daniel Calabrese, investigador principal de la Escuela de Geografía y Ciencias Ambientales en el Instituto de Medio Ambiente y Ecología (IMAE) explicó los resultados de la encuesta de la Investigación USAL/Yale.

– Las actividades humanas son señaladas por un 78% de las personas como la principal causa del Cambio Climático (CC).

– Las fuentes de información más confiables sobre CC son encabezadas por las ONGs (57%) y los científicos climáticos (27%). Y 8 de cada 10 encuestados encuentran en estos dos sectores su medio más confiable para informarse sobre el tema. Los medios masivos de comunicación se ubican en cuarto lugar, con un 3% de las preferencias.

– Alrededor de la mitad de los entrevistados, se manifiestan "muy preocupados", por el Cambio Climático, seguidos por un 30% que manifiestan sentirse "preocupados". Ambos registros sumados explican el contundente indicador de la primera pregunta acerca de la existencia del CC.

– Respecto de la línea de tiempo del impacto del CC sobre la civilización, la mayoría se inclinó por "el presente" (70%) y luego están quienes consideran que los efectos del CC empezarán a ser tangibles "en diez años" (18%).

– Consultados acerca de quiénes serán los más perjudicados por el CC, la mayoría se inclinó por "las futuras generaciones" (51%); seguidos por quienes prefieren hacer un corte en torno al nivel de preparación de los países y señalan a "los países en desarrollo" (18%); a continuación, aparecen quienes señalan a "los argentinos" (14%). Resulta destacable que "los animales y vegetales" fueron visualizados como principales víctimas del CC por solo por un 8% de los encuestados. Dadas las características cerradas del formulario de encuesta, bien vale insistir en el futuro sobre categorías como estas, con un formulario específico.

– El capítulo dedicado a preguntar acerca de las políticas que serían más adecuadas para disminuir el CC permite inferir que los encuestados han percibido claramente la influencia del vector energía como el gran eje del CC. La mayoría se inclinó por la necesidad de "asignar más fondos a la investigación de fuentes de energía renovables" (52%), seguidos por quienes recomiendan "disminuir la emisión de gases efecto invernadero" (32%).

– Hay dos categorías cuyos resultados son bastante simétricos: la primera indagó a los encuestados respecto de la "frecuencia con la que suele hablar de temas del CC" y la segunda se refiere a la "frecuencia con la que suele consumir información sobre el CC". En ambas, la opción "una vez por mes" se impone con 45% y 47% respectivamente; también en ambos casos la segunda opción más votada fue la de "una vez por semana", con 28% y 22%. Llama la atención que la opción "nunca", en ambos casos registró indicadores altos con 14% y 17% respectivamente, cerrando la opción "todos los días".

 
Para que el universo de consulta sea de alcance nacional, se diseñó una muestra de 1.500 casos, distribuidos proporcionalmente entre dos escenarios claramente identificados:

1. Enclaves geográficos más vulnerables al Cambio Climático, los que fueron elegidos tomando como referencia la III Comunicación Nacional de la República Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (2016); el informe sobre el Estado Ambiental de la Argentina producido por el Banco Mundial (2017) y las evidencias meteorológicas sobre inundación, sequías, incendios forestales, degradación de la tierra y erosión costera, tomadas de distintas fuentes, como el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA), de la Universidad de Buenos Aires (UBA); la Fundación Bariloche y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

2. Áreas de alta densidad demográfica a las que llegan la mayor parte de los medios de comunicación que forman opinión pública. En este caso hay superposiciones de mapas con lo señalado en el ítem anterior, a excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su área metropolitana (AMBA).

En consecuencia, la muestra sobre la que se trabajó el sondeo es considerada representativa a nivel nacional, con una desviación de más/menos 2,5% que es el rango con el que se realizan las grandes proyecciones de opinión pública, como por ejemplo las encuestas que se hacen previo a las elecciones presidenciales.

Un programa exitoso
“El Programa de Comunicación del Cambio Climático de la Universidad de Yale, se desarrolla desde hace once años y conforma un ambicioso espacio de investigación que impulsa esta prestigiosa casa de estudios de los EE.UU, fundada en 1701. Entre los principales objetivos de este programa, están los de avanzar en la ciencia de la comunicación sobre el cambio climático, ayudar a los líderes a comunicarse más eficazmente, y aumentar la comprensión del público sobre los riesgos y oportunidades climáticos", explicó Gustavo Marcelo Márquez, director de la Escuela de Geografía y Ciencias Ambientales de la USAL.

Desde 2017, la USAL fue invitada a sumarse a este Programa, a través del Instituto de Medio Ambiente y Ecología (IMAE), que depende del Vicerrectorado de Investigación y Desarrollo y de la Facultad de Historia, Geografía y Turismo.

En las II Jornadas Humanismo y Ambiente, realizadas por la USAL en 2017, tuvo lugar una teleconferencia entre los equipos de trabajo de Yale y de la USAL, en relación con este Programa de Comunicación del Cambio Climático. Allí se anunció la realización de esta Primera Encuesta Nacional, que ahora presenta sus resultados cuantitativos y cualitativos respecto al año 2018. (http://prensa.usal.edu.ar/prensa_inicio#12336)

Así, el Programa USAL-YALE de Comunicación del Cambio Climático, contempla la realización de 2 encuestas por año.

"Nos llenó de orgullo la propuesta desde Yale, ya que ellos están trabajando en este tema de suma importancia desde hace más de una década. Ellos diseñaron una metodología basada en dos sondeos anuales, que incluyen un núcleo duro de preguntas junto a algunos agregados que cambian según la localidad a encuestar", precisó Márquez, que es coordinador en el IMAE.

 
Y agregó: "Para la elaboración de los sondeos, contratamos a una encuestadora privada que utiliza personas para realizar muestras presenciales en distintas ciudades (en un 60%) y también mediante llamados automáticos y no automáticos (40%)".

"Es un desafío muy grande que genera un gran compromiso. Fuimos el tercer país que se sumó a este importante programa, después de China e India. Es un orgullo tener esta oportunidad para investigar el impacto del cambio climático en el país y cómo puede contribuir en brindar soluciones a las personas de todo el mundo", remarcó el experto, que precisó que en el país no existe una tradición en la realización de sondeos sobre percepción del cambio climático. "Las que hay son mediciones esporádicas que no tienen sistematización", finalizó.


Fuente: perfil.com / Infobae.com
 

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