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Colación de grado de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía

En el Salón “San Ignacio de Loyola” se llevó a cabo la Colación de Grado de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de los graduados en las Licenciaturas en Psicología, Educación Inicial y Psicopedagogía.

El acto dio inicio con la presentación del ensamble de metales y piano de la Orquesta Sinfónica de la USAL integrado por Leonardo Aliotta, Nicolás Barbera y Marcos Terrarosa en trompetas; el profesor Andrés Bercellini, Christian López, Luca Santamaria y Tomas Rodríguez en cornos y Dardo Pisoni en piano. Interpretaron: “Fly Me To The Moon” de Bart Howard, “Adiós Nonino” de Astor Piazzolla y “Cambalache” de Enrique Santos Discépolo.

El acto estuvo presidido por la Decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía, Gabriela Renault; las Prosecretarias Académicas, Graciela Fiotto y Yanina Santucci; la Directora de la carrera de Psicopedagogía, Marisa Vites; y la Directora de la carrera de Educación Inicial, Mónica Mauro.

Asimismo, se encontraban presentes Directores, Coordinadores, Colaboradores de las carreras de Grado y Posgrado y del Instituto de Investigación. Docentes, personal administrativo, amigos e invitados.
 
A continuación, hicieron su entrada las banderas de ceremonia. Tras entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, se presentó el ensamble de la Orquesta de la Universidad del Salvador, integrado por Gabriela Gariglio y Melisa Manikis en violín; Susana Martínez, en viola; y Tomás Martín, en cello; e interpretaron: “Serenata Nocturna”, de Mozart; “Alla Rústica”, de Vivaldi; “Yesterday”, de McCartney y Lennon; y “Libertango” de Piazzolla.

En representación de los graduados de la carrera de Psicopedagogía hicieron uso de la palabra Giuliana Fiorella Duarte y Abril Elisabet Villoria: “Buenas tardes, gracias a todos por acompañarnos, representa un gran honor para nosotras estar en este lugar y tomar la palabra en nombre de todos nuestros compañeros graduados.

En primer lugar, quisiéramos comenzar con un agradecimiento a nuestra queridísima Universidad, y a quienes componen el cuerpo académico y docente de la misma, ya que, debido a ellos, tenemos la oportunidad de estar hoy frente a ustedes, con el fin de transmitirles una parte de todo lo que significa para nosotros encontrarnos aquí, en nuestro acto de colación.

El propósito de este acto, tan importante, es celebrar la culminación de nuestra carrera universitaria, la cual representa el fin de una etapa, pero también, el comienzo de una nueva, la cual nos llena de expectativas.

Pero también, nos invade la nostalgia. Recordamos el camino que hemos recorrido y nos damos cuenta de que dejamos el lugar de estudiantes para comenzar a ocupar un nuevo rol, ahora somos profesionales, lo que conlleva un gran y hermoso desafío. De ahora en más, los pasos que demos nos permitirán atravesar nuevas experiencias, de las cuales podremos disfrutar, equivocarnos, crecer, frustrarnos, alegrarnos y, sobre todo: aprender.

Hace algunos años ingresamos a la Universidad, algunos muy convencidos de que era la carrera correcta, otros con pocas o muchas dudas. Con el correr de los años, la facultad se convirtió en nuestra segunda casa. Estando en ella vivimos momentos que traían consigo muchas emociones, alegrías, angustias, tristeza, nervios, sobre todo eso, muchos nervios. Encontramos muchos amigos, algunos pasajeros, otros perduran en el tiempo y con todos compartimos muchas experiencias, y por supuesto, nos llevamos miles de anécdotas, que guardamos en nuestro corazón.

En medio de nuestra formación nos tocó pasar por una situación extraordinaria, que nos tomó por sorpresa no solo a nosotros, sino al mundo entero. La pandemia llegó, imposibilitando hasta la salida de nuestros respectivos hogares, ni imaginar asistir a la universidad. Allí comenzó uno de los más grandes desafíos, tanto para alumnos y familias como para profesores, tutores, directivos, secretarios y demás autoridades.

Todos los que formamos parte de la Institución, nos vimos en la obligación de aportar nuestro granito de arena, para que esta nueva realidad que nos atravesaba no fuese un impedimento para alcanzar nuestras metas, y nos facilitara atravesar la incertidumbre de no saber qué hacer al respecto, nos preguntamos una y otra vez qué sucedería con nuestros estudios.  Y así fue como, con mucho esfuerzo, comenzamos a desplegar diferentes métodos, estrategias, plataformas virtuales, para que esa meta que teníamos funcione. ¿Y saben qué? lo logramos. Hicimos que nuestro sistema educativo se ponga en marcha y funcione desde la virtualidad.

Orgullosos de ese logro, continuamos con nuestras clases e instancias de exámenes. Muchos de los estudiantes que nos encontramos hoy aquí, nos recibimos en algún rincón de nuestras casas, solos, con algún familiar, quizás con algún amigo, incluso los festejos se realizaban por video llamadas.

Es por ello que es tan importante este momento, todos estamos muy emocionados, porque el hecho de haber llegado hasta aquí, y estar rodeados de quienes nos aman, representa el cumplimiento de nuestra meta, marca el cierre de tantos años de esfuerzo, es el resultado de estar día tras día preparando resúmenes, mañanas y tardes en la biblioteca antes de rendir, de horas de preparación en los pasillos o algún aula vacía de la facultad, noches enteras sin dormir… Pero ¿qué hermoso no? Esta es nuestra recompensa, estamos felices y, a decir verdad, no hay nada más gratificante que estar hoy acá recibiendo con mucho orgullo nuestros títulos universitarios.

Durante mucho tiempo siendo estudiantes, pensamos, imaginamos, consideramos muchas variables, diversas posibilidades de cómo sería comenzar a ejercer, si lo que aprendimos realmente nos servirá, si esa sensación de estar a punto de recibirse y sentir que no  sabemos nada, o pensar que no estamos suficientemente preparados en algún momento se irá… pero en realidad, no lo sabemos, debemos enfrentarnos día tras día a lo que viene, a lo desconocido, incluso aun cuando algunos ya están transitando ese recorrido. Por estos motivos, es importante recordar que la vida está llena de caminos por recorrer, experiencias por vivir, y saber que en ocasiones va a volver esa sensación de estar poco preparados…hasta que nos damos cuenta de que, en realidad, sí lo estamos, estamos sumamente preparados para enfrentar cualquier dificultad que se nos presente, y así, cada vez nos volvemos un poco más fuerte y una vez más volvemos a confiar en nuestras capacidades.

El desafío que nos aguarda, es mantenernos abiertos y expectantes ante las nuevas vivencias que estamos a punto de comenzar a recorrer, y aprovechar al máximo cada oportunidad que se nos presente.

Miremos el mundo, con ansias y deseos por querer cambiarlo, demostremos que la Universidad del Salvador preparó a los mejores profesionales.

Tengamos siempre presente el motivo por el cual decidimos estudiar la carrera que elegimos, no trabajemos por obligación, hagámoslo por vocación, con pasión, y con el corazón, sólo así dejaremos una huella, en la vida de quienes nos encontremos en este camino. El gran desafío para nuestro trabajo es contagiar está alegría por los pequeños o grandes logros, enseñar a descubrir herramientas para la superación, porque nadie tiene límites.

No se nos ocurre nada mejor para finalizar que citar a Nelson Mandela cuando dijo “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

A continuación, en representación de los graduados de la carrera de Licenciatura en Educación Inicial, habló la graduada María Catalina Tabares: “Buenas tardes a todos los presentes, autoridades universitarias, docentes, familiares, amigos y compañeros graduados. En nombre de mis compañeras quiero agradecer por habernos convocado a este acto, el cual no simboliza el fin de una etapa, sino el comienzo de una nueva.

Este título que hoy recibimos no sólo representa los conocimientos adquiridos sino también los sacrificios, los recuerdos y las experiencias vividas durante esos 4 años.  Jugamos, reímos, cantamos, lloramos, bailamos; fuimos capaces de soltar todas las inseguridades que nos impedían crecer para lograr ser las profesionales que somos hoy.

Supimos desde un primer momento el gran desafío que representa educar, y sin embargo, con mucha convicción, decidimos transitar el camino con esfuerzo y dedicación, comprometidas con nuestra misión de formar a seres humanos.

Entendemos que el dinamismo propio de la vida nos hace estar en un ambiente que oscila entre la homeostasis y el cambio constante, y que nuestro deber es desarrollar estrategias que nos ayuden a establecer puntos de equilibrio frente a la incertidumbre. Gracias a nuestra formación, estamos en condiciones de atravesar cualquier situación con la fe de que somos lo suficientemente resilientes como para superar los obstáculos que la vida disponga.

Sin miedo y con coraje encaramos diariamente nuestra labor, confiando en esos saberes aprendidos y también en nosotras mismas. Porque aquí, no solo formamos nuestra dimensión profesional sino también ampliamos nuestro mundo personal, creciendo y evolucionando como personas para ofrecer una mejor versión de nosotras mismas, y así enseñar con una consciencia plena.

Por último, queremos extender nuestro agradecimiento a todos los que durante aquellos años nos han acompañado y apoyado, siendo pilares fundamentales en este hermoso camino de formación profesional: familiares, directivos, docentes, secretarios, personal de limpieza. ¡Gracias por hacer posible y estar presentes en esta etapa de nuestras vidas!”.

Acto seguido, la Decana de la Facultad, Gabriela Renault, pronunció su discurso señalando: “Primero agradecerles estar, es excelente, en estos tiempos el convocarnos, es excelente hoy tener que celebrar este acto de graduación en forma presencial física, luego de dos años, donde si bien estuvimos juntos, el formato fue desde una pantalla, de una presencia remota y con tímidas clases presenciales físicas hacia fines del año pasado, por ende, es una maravilla el estar acá con ustedes flamantes profesionales que portan las ciencias de la Psicología , de Psicopedagogía y de Educación Inicial.

Resalto en estos tiempos, por lo disruptivo de la época, a la tragedia de la pandemia, se le sumo estar en un cambio de época, estar en la generación que pasa de los átomos al bit, a la inteligencia artificial y a vivir en lo incierto como forma de construir un futuro.

La pandemia, es el mejor impacto de lo malo de la globalización, de lo que debería no globalizarse, debe ser el mejor de los aprendizajes, cuidarnos y cuidar en forma permanente al otro, no estamos ni en pos pandemia, ni en una nueva normalidad, estamos aprendiendo a vivir en pandemias, con lo endémico que deja todo lo sucedido que es lo frágil que somos, lo vulnerables que nos encontramos.

A pesar de ello pareciera que a la humanidad le sigue costando el reflexionar, el sentir y el existir, pareciera que no es espantoso todo lo que vivimos, para que la humanidad, a pesar de ello siga, esforzándose por lo banal y no por lo importante.

Créanme los siglos comienzan con hechos disruptivos, el siglo 19 no empezó el 1 de enero de 1800, si no con la revolución industrial, el siglo 20 con la primera guerra mundial y este siglo, para mí comienza con la pandemia.

Porque les marco esto, porque al cambio de época, se le sumo la primera pandemia en la era tecnológica, de no haber tenido tecnología, el mundo no hubiera continuado en sus actividades y la peste no hubiera recorrido todo el mundo, estos acontecimientos les dan un giro a nuestros destinatarios de estudio, dan un giro a los niños y niñas que han nacido en pandemia y que continuaran con su desarrollo y los tendremos en nuestras salas en los jardines, da un giro la clínica y el consultorio, dio un nuevo formato de atención, vienen nuevas patologías, a nuestros consultorios, a nuestras aulas.

Permítanme entonces, traer esperanza, a todo lo dicho, de la gran incertidumbre, si hay certezas, una es expresarles la inmensa alegría que sentimos de haber sido y ser vuestro equipo de formación, ya que, por vuestro intermedio, uno sigue honrando a nuestra profesión, buscando siempre el formarlos con excelencia y con inteligencia
Es una manera de homenajearnos, festejando, recordando y por sobre todo siendo actores, directos de nuestra y vuestra profesión.

Sabemos que, como profesionales de la salud mental, el rito de jurar, por nuestro rol, es un acto de gran emoción, no es un día más es una nueva elección, la de plasmar en forma simbólica vuestro compromiso ético de ser excelentes profesionales como sé que lo son y serán.

Pienso en lo fuerte de la mística fundacional que supone ser de la Universidad del Salvador, y esto no solo lo hablo como Decana si no como graduada de la casa, sé que la impronta del humanismo, tiene que ser lo que nos destaque por sobre todas las cosas.

Sé también y muy consciente, que estos dos últimos años, entre tantas situaciones, se empaño la fiesta que es el recibirse, se de los enojos, los comparto, se de la impotencia, pero créanme que fue otro recibirse, diferente pero que pudieron hacerlo, y eso es muy valorable.

Nosotros buscamos para nuestros futuros profesionales, además de la formación integral, tener en cuenta una concepción espiritualista del hombre como persona. Esta concepción integral proporciona, por un lado, un criterio seguro de discernimiento para la evaluación crítica de las diversas escuelas psicológicas, psicopedagógicas, educativas y, por otro lado, permite una integración sapiencial del saber que facilita encontrar respuesta a la pregunta por el sentido de la existencia humana.

Hoy, a los 66 años, también es cierto, que la psicología avanzó, ya no es un subdisciplina, que depende de otra ciencia, ya posee leyes que la regulan, matrícula que garantiza el ejercicio, y además de las instancias del Ministerio de Educación de la Nación que legisla el título, el estar como carrera dentro del artículo 43 de la Ley de Educación Superior, nos posiciona como una carrera de riesgo público.

Pero a la vez, de definir así, la noción de riesgo, hoy nos encontramos, firmes en la definición de las incumbencias exclusivas y reservadas al título.

También, es de mencionar, que la Psicopedagogía avanzó y dejo su lugar solo ligado a lo educativo y para la niñez, hoy se posiciona en todos los ámbitos institucionales, para todas las edades y el eje vertical de su accionar es el aprendizaje, sabrán entonces que están dando respuesta a la nueva concepción del analfabetismo, hoy se es analfabeto aquel que no puede aprender, desaprender y re aprender.

Hoy la batalla se juega entre los que pueden o no pueden aprender, la brecha cada vez más notoria, se encuentra en los sujetos que pueden pensar y por ende son autónomos y los que no pueden aprender, entonces son siempre dependientes, subordinados a políticas de mezquindad y a que sean susceptibles de manejo pasivo, son rehenes de una ciudadanía que los termina esclavizando.

Es real que hoy a una banalización de la cultura derivada de la influencia de los medios que convierte a las personas en receptores pasivos de una seudo cultura de frivolidad, entretenimiento, violencia, que se convierte en mercancía, de los estilos de vida individualistas que venden modelos de felicidad y progreso basados en el tener y el placer.

Es por ello, que, en el mundo hegemónico de hoy los profesionales, estamos llamados a contribuir a la preservación de la espiritualidad y los más genuinos valores humanos y a generar un pensamiento alternativo y una actuación comprometida con nuestro tiempo que coadyuve a la construcción del mundo mejor al que aspiramos.

Ustedes han estudiado, se han recibido y son pura esperanza y para nosotros los que hace unos años no más, que nos hemos recibido, tenemos que decirles que ustedes son el futuro y la posibilidad de cambio, pueden ayudar a conformar una cultura sana en salud mental, un valor sólido, aunque con incertidumbre, pero con proyecto.

Como ven mis graduados y graduadas, no les va a dar el tiempo para ser y hacer tantas cosas, sepan que tienen las posibilidades y si no invéntelas, cuiden la rama en la que se posen, pero confíen en sus alas.

La sociedad necesita de escucha, de eso se trata la salud, de vínculos sanos y sustentables de orejas gigantes y de brazos fuertes.

Pero para todo eso los hemos formados, son nuestros, seguirán al lado nuestro siempre.

Es hora que crean en ustedes, que no bajen los brazos, que su proyecto de vida sea la meta de su existir.

Los queremos pro activos, hay mucho para hacer, deben y debemos escribir la historia de esta era.

Para finalizar quiero decirles una frase del Papa Francisco, sabrán que el Cardenal Monseñor Jorge Mario Bergoglio, es graduado de la carrera de Filosofía y Teología de la Universidad del Salvador, por eso nuestro gran orgullo es decir el papa lleva nuestro título, el de ustedes el de la USAL.

La frase es con motivo de la reunión con profesionales de la salud mental y su gran preocupación por la gran depresión que hay: “Debemos amar a los psicólogos, debemos cuidarlos y protegerlos, porque ellos son los ángeles guardianes que Dios nos envió.” Papa Francisco.

Y en otra reunión, en su discurso de este año, en el proyecto de Scholas, dijo “Necesito que las instituciones tengan más Psicopedagogos y psicopedagogas, que ayuden a que el desafío sea querer aprender y mirando a los educadores docentes , les dijo ustedes saben que estamos en deuda, ustedes son los que llevan a la humanidad a que pueda trascender, por favor valoricen su tarea”.

Por eso mis nóveles profesionales, no se hagan invisibles, sean bien visibles, den lo mejor desde su ética y prefieran cambiar el mundo a dejarlo como esta, sean inquietos, molesten si es necesario, con sus deseos de dar y de modificar, aun cuando lo que todos digan que no se cambia, que siempre es igual, ustedes pueden y deben hacer la diferencia.

Son graduados y graduadas de la USAL, son nuestros y nuestras colegas, soy graduada de esta Alta Casa de Estudio y la magia es fuerte, tenemos una misión hay que cumplirla, confío en ustedes, estamos orgullosos de ustedes”.

Seguidamente el Padre Juan José Milano procedió a la bendición de los diplomas y medallas de los graduados; y se procedió a la toma del juramento a los graduados que recibieron sus diplomas y medallas de manos de las autoridades.

Recibieron sus diplomas:

Licenciatura en Psicología:
Gabriela Barberio, Gabriela Elizabeth Páez y Agustín Ignacio Vera Céliz.

Licenciatura en Educación Inicial:
Sofía Ivana Bruno, Abi Yael Dara, Daiana Frezza, Yesica Roxana Latrecchiana y María Catalina Tabares (Diploma de Honor).

Licenciatura en Psicopedagogía:
Candela Artigas (Diploma de Honor), Malena Bari (Diploma de Honor), Maite Basavilbaso, Natalia Magalí Bustos, Noelia Pamela Campodónico (Diploma de Honor), María Delfina Desanto, Camila Pia Dimasi (Diploma de Honor), María Florencia Dolder, Julieta Dorgambide, Giuliana Fiorella Duarte, Juan Bautista Facio, María Emilia Frondizi, Iara Magalí Gandelis (Diploma de Honor), María Belén García Bozzo, Julieta María Glavina, Agustina Mailén Hue, Azul Belén Janiot (Diploma de Honor), Natalia Beatriz Jiménez, Micaela Pilar Konsol, María del Rocío López, Natalia Soledad López, María del Pilar Martínez Zunino (Diploma de Honor), Priscila Mauriño (Diploma de Honor), Sofía Mazzieri Giuliana, Victoria Mc Carthy, María Lucía Monterrosa (Diploma de Honor), Lourdes Celia Muñoz (Diploma de Honor), Lucía Nadale, Giuliana Michelle Nicolau, Victoria Olaeta, Ángeles Olivero Vila (Diploma de Honor), María Oyuela, Diego Santiago Panozzo, Constanza Milagros Piaggio, Agustina Belén Pintos, Virginia Rebasa (Diploma de Honor), Belén María Reyes Larran (Diploma de Honor), Paula Mariana Ruiz Vila, María Paz Salamanco, María Salvador (Diploma de Honor), Sofía Sánchez Cassoulet (Diploma de Honor), Rosario Soler Bluske (Diploma de Honor), María Dolores Stephens (Diploma de Honor), María Constanza Suárez Dubini (Diploma de Honor), Josefina María Tanco (Diploma de Honor), Luciana Valenti (Diploma de Honor), Abril Elisabet Viloria, María Montserrat Vito Farrapeira (Diploma de Honor) y Melina Zanikian.
 

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