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Entrevista al nuevo Director de la Especialización en Tributación: “con mirada experta y compromiso académico”

El prestigioso tributarista Sebastián Domínguez asumió la Dirección de la Carrera de Posgrado en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, de la Universidad del Salvador (USAL) con una propuesta que integra excelencia técnica, pensamiento crítico e innovación permanente.

En una charla distendida con el Decano de la Facultad, Claudio Flores, contó qué representa esta designación como Director de la Especialización en Tributación dentro de la Facultad: “Es una gran responsabilidad y un desafío que me motiva. Asumir la Dirección de esta carrera implica liderar un espacio de formación clave para el desarrollo profesional de muchos colegas. 

La tributación exige una actualización constante, rigor técnico y criterio. Mi objetivo es continuar fortaleciendo la propuesta académica para que esté a la altura de los desafíos que plantea el contexto fiscal argentino e internacional”.

A lo largo de su carrera ha combinado docencia, ejercicio profesional y producción académica. ¿Cómo piensa articular esos tres pilares en esta nueva etapa?
Mi objetivo es que esos tres pilares se potencien entre sí, como siempre lo han hecho en mi carrera. La experiencia profesional nos permite identificar los desafíos concretos que enfrentan los tributaristas en la práctica. Trabajando en equipo con los docentes de la Especialización, podemos transformar esos casos reales en contenidos que enriquezcan el aula y eleven el nivel de la formación. La docencia es el canal para transmitir conocimiento con rigor y sentido crítico, mientras que la producción académica permite generar aportes que trascienden lo inmediato y contribuyen al desarrollo de la disciplina. En esta nueva etapa, mi objetivo es que todo el cuerpo docente trabajemos con esa visión, y que quienes cursan el posgrado puedan aplicar desde el inicio lo que aprenden, conectando teoría y práctica de manera constante.

¿Cuáles cree que son los desafíos prioritarios que enfrenta hoy la formación en tributación en Argentina?
El principal desafío es la velocidad con la que cambia el marco normativo, muchas veces sin una lógica sistémica, lo que exige una actualización constante y una gran capacidad de interpretación.  También es clave incorporar herramientas tecnológicas que ya forman parte de la práctica profesional, como la inteligencia artificial y los sistemas de compliance fiscal. A su vez, debemos formar profesionales con pensamiento crítico, capaces de anticipar riesgos, analizar contextos y actuar con responsabilidad. 

¿Qué aportes específicos planea introducir en el diseño curricular o metodológico de la especialización?
Estamos trabajando en una actualización integral del plan de estudios, con eje en tres dimensiones: contenidos actualizados, enfoque práctico e innovación metodológica. Queremos incorporar herramientas tecnológicas aplicadas a la tributación, como la inteligencia artificial y contemplar las nuevas obligaciones digitales de los contribuyentes y responsables.  También promoveremos el análisis de casos reales, la discusión crítica y la producción académica aplicada. Además, ya estamos trabajando en el proceso de acreditación de la Especialización en modalidad a distancia, lo que permitirá ampliar el alcance de la propuesta y adaptarnos a los nuevos formatos que exige la formación de posgrado actual.

La interacción con el sector profesional y los organismos tributarios es cada vez más necesaria. ¿Qué estrategias contempla para fortalecer esos vínculos?
Una de mis prioridades será consolidar y ampliar los vínculos con los actores clave del ecosistema tributario: ARCA, los Consejos Profesionales, estudios contables y jurídicos, cámaras empresarias y organismos públicos.  Vamos a promover clases abiertas con especialistas del sector, actividades conjuntas, talleres sobre casos reales y encuentros con egresados en ejercicio activo. Además, impulsaremos nuevos convenios institucionales que permitan beneficios concretos y articulación entre la formación académica y el ejercicio profesional. 

Usted ha publicado y disertado sobre temas de alta complejidad fiscal. ¿Cómo imagina incentivar en los estudiantes esa vocación investigadora?
La investigación no debe ser vista como algo lejano o exclusivamente académico.  Investigar también es preguntarse por qué una norma existe, cómo se interpreta, qué efectos tiene y cómo se aplica en la práctica. Quiero fomentar esa actitud crítica y analítica en los estudiantes desde el inicio de la cursada, incentivando la redacción de artículos, la participación en jornadas técnicas y el trabajo sobre casos reales.  Además, vamos a continuar con el acompañamiento metodológico en los trabajos finales, para que continúen siendo una oportunidad de aportar valor al campo tributario.

¿Qué perfil de egresado aspira a formar desde la dirección de la carrera?
Aspiro a que formemos profesionales técnicamente sólidos, con criterio jurídico y económico, capaces de interpretar, aplicar y discutir normas tributarias en contextos complejos. Un graduado que no sólo sepa liquidar impuestos, sino que comprenda el sistema tributario en su integridad, evalúe riesgos y proponga soluciones fundamentadas en el conocimiento de la normativa, la doctrina y la jurisprudencia. Que actúe con responsabilidad profesional, se mantenga actualizado y tenga la capacidad de participar activamente en debates públicos o institucionales cuando la situación lo requiera. En definitiva, buscamos formar un tributarista preparado para liderar, no solo para ejecutar.

¿Cómo evalúa el rol de la tributación en la agenda pública actual?
La tributación tiene hoy un rol central en la agenda pública, pero muchas veces se discute sin la profundidad ni el rigor técnico que el tema requiere. 
En un contexto de elevada presión fiscal, informalidad estructural y normas que cambian constantemente, es indispensable repensar el sistema. 
El propio Gobierno ha anticipado que presentará su propuesta de reforma tributaria hacia fines de 2025, lo que nos obliga a estar atentos y preparados para analizarla con profundidad. Necesitamos tributaristas que puedan intervenir en ese debate con conocimiento, responsabilidad y propuestas concretas, no desde la ideología, sino desde la técnica y la realidad.

En un contexto de acelerados cambios normativos y tecnológicos, ¿qué rol cree que debe jugar una carrera de posgrado en tributación?
Una carrera de posgrado en tributación no puede limitarse a enseñar normas vigentes: debe formar profesionales que comprendan el sistema, anticipen cambios y se adapten con rapidez.  En un escenario donde conviven reformas normativas constantes y transformaciones tecnológicas como la fiscalización digital, la inteligencia artificial y la automatización de procesos, el posgrado tiene que ser una plataforma de actualización permanente.  Además, debe ofrecer herramientas para interpretar los efectos de esos cambios, tanto desde lo técnico como desde lo estratégico. Debemos preparar tributaristas para liderar en entornos complejos.

Por último, ¿cuál es su mensaje a los actuales y futuros estudiantes de la Especialización?
A quienes están cursando y a quienes están evaluando sumarse, les transmito que esta Especialización está pensada para quienes buscan una formación exigente, actualizada y con aplicación directa en la práctica profesional.  Nuestro compromiso es brindar herramientas sólidas, acompañamiento docente y contenidos que respondan a los desafíos reales del sistema tributario. Queremos que cada clase sume valor y que el graduado salga preparado para intervenir con solvencia técnica, criterio propio y responsabilidad profesional. Esta no es una cursada más: es una etapa que puede transformar su trayectoria.

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