La mágica “Botica del Ángel”

“Mágico” es la palabra con que definen José Luis Larrauri y Yolanda Acuña, responsables del Museo de Arte Escenográfico “Botica del Ángel”, que se encuentra en Luis Sáenz Peña 543, entre Venezuela y México. El Museo fue legado a la Universidad del Salvador (USAL) por su creador Eduardo Bergara Leumann, conductor de televisión, vestuarista, actor, artista plástico argentino y pionero del “Café Concert”,  descubridor de muchas celebridades famosas del espectáculo argentino como Susana Rinaldi, Marikena Monti, Pepe Cibrián, Leonardo Favio, entre otros. “Bergara buscaba una Institución que tuviera trayectoria, seriedad y  respetara todo lo que dejó escrito en su testamento”, señaló Yolanda.

Cuando uno llega a la “Botica del Ángel” observa un edificio con una arquitectura grecorromana de tres plantas, adornado por grandes figuras angelicales y las caras del teatro. Al ingresar te cautiva  la magia del lugar como decía su fundador “todo lo que creíamos perdido de Buenos Aires se encuentra aquí”, recordó Jose Luis.

Al iniciar el recorrido lo primero que uno puede observar son objetos personales de Eduardo Bergara Leumann, como su pasaporte, documento, joyerías, reconocimientos como el Martín Fierro al “Mejor Programa Musical de Tango”, Premios ACE y un retrato pintado por Antonio Berni en Roma (1975). Se continúa por un pasillo dedicado al Instituto “Di Tella” con obras de Marta Minujin, Roberto Plate, Dalila Puzzovio, Alberto Grecco y frases de Federico Peralta Ramos como “el artista es un detector de lo inadvertido”. El pasillo está conectado con una sala que se llama “La Nave” debido a que “hasta en el año 1927 fue una iglesia que se llamó Nuestra Señora de la Salud de los Padres Asuncionistas en la que se encuentran obras de importantes artistas argentinos como el gran artista plástico Eduardo Pla con una técnica digital homenajeando a Carlos Gardel, realizada con mil fotos del cantante”, nos cuenta el responsable del museo José Luis Larrauri. 

Dentro de este mundo fabuloso llamado “Botica del Ángel” se encuentra un  homenaje al “Circo criollo”, es decir, el comienzo del Teatro Argentino con la obra “Juan Moreira” de Eduardo Gutiérrez en 1886.  Seguidamente, se puede accede pasando por un telón con payasos pintado por  Juan Orellano a una de las Salas más importantes del museo, el “Café Concert”, donde los artistas exponen su arte a través de sus espectáculos y donde debutaron Mario Marzan con su piano, Opus Cuatro y Valeria Lynch, entre otros.

Cuando se accede al primer piso, se observa una gran cantidad de espacios que no deja indiferente a nadie, ya que encontramos homenajes a Carlos Gardel, Eva Duarte, pioneros de la televisión y un homenaje muy especial al folklore argentino, manuscritos de Mercedes Sosa, Ariel Ramírez, Félix Luna, como muchas otras grandes personalidades. El sentimiento de atravesar los espacios despierta en cada uno distintas emociones. Tanto para Yolanda como para José Luis Larrauri señalan que les da placer ver los rostros de felicidad y asombro cuando la gente recorre el museo en cada visita guiada que realizan “Nosotros captamos a todos, al que recuerda, al que se asombra y al que descubre. Es un placer”.

En la última planta del museo uno puede disfrutar de un recorrido por el “Comedor de las Provincias”, por el patio de “La Morocha”, que es un homenaje a los conventillos y también es posible visitar la casa en donde vivía Eduardo Bergara Leumann. 

Los 1.500 m2 del Museo de Arte Escenográfico “Botica del Ángel” es un excelente destino turístico que fue declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación y la Legislatura Porteña, de Interés Turístico por la Secretaría de Turismo de la Nación y declarado Testimonio Vivo de la Memoria Ciudadana por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Secretaría de Cultura, la Subsecretaría de Patrimonio Cultural y la Dirección General de Museos, Declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La “Botica del Ángel” nos lleva por un viaje  hacia el interior de lo que realmente somos. Sin solemnidades aprendemos nuestra historia de manera muy divertida.

Santino Lucio Battagliero, estudiante de Periodismo de la USAL en el marco de las prácticas educativas de capacitación.