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La USAL: un lugar de encuentro y diálogo. Reflexiones sobre la construcción de la paz social a 5 años de Fratelli Tutti

El Vicerrectorado de Formación (VRF) de la Universidad del Salvador (USAL) organizó el encuentro "Construir la paz social desde la política. Reflexiones a 5 años de la publicación de Fratelli Tutti", que tuvo lugar el pasado 16 de octubre en el Salón “San Francisco Javier S.J” del Rectorado.

Inspirada en la Encíclica del Papa Francisco, la jornada buscó reflexionar sobre los desafíos actuales para consolidar una paz social duradera. Tal como lo expresa el texto pontificio: “No hay punto final en la construcción de la paz social de un país, sino que es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos” (FT 232).

El encuentro convocó a figuras importantes de la política argentina: la Mg. Gabriela Michetti, ex Vicepresidente de la Nación; el Dr. Julián Domínguez, ex Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y el Dr. Federico Pinedo, actual representante argentino ante el G 20 y ex Presidente Provisional del Senado, quien participó de manera virtual desde Bruselas, Bélgica, sede la Unión Europea (UE). Bajo la moderación del Dr. Guillermo Jensen, docente de la Universidad, magíster en Ciencias Políticas y Sociología y Doctor en Derecho Político.

Los panelistas compartieron sus visiones sobre el rol de la política en la promoción del bien común y la convivencia democrática.

Al Conversatorio asistieron, el Rector de la Universidad del Salvador, Carlos Ignacio Salvadores de Arzuaga, la Vicerrectora de Formación, Roxana Ruffo; Francisco J. Piñón, ex Rector de la USAL; el Profesor Aldo Carreras; Pablo Tonelli, Diputado de la Nación Argentina; Manuel Ignacio Carreras, Director de Arzobispados y Obispados de la Dirección Nacional de Culto Católico del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Profesores Eméritos de la Universidad; Decanos, Directivos y estudiantes de la comunidad universitaria.

La apertura del diálogo estuvo a cargo del Dr. Guillermo Jensen, quien hizo mención al quinto aniversario del documento papal Fratelli Tutti, señalando que este documento pontificio "propuso un horizonte de fraternidad y amistad social como camino para renovar la vida política, económica y cultural, prestando especial cuidado al importante trabajo que todas las religiones hacen en la construcción de sociedades más equitativas y fraternas".

Posteriormente, el Dr. Jensen procedió a presentar a los panelistas invitados, y a realizar una breve reseña de sus destacadas trayectorias:

Gabriela Michetti: Ex Vicepresidente de la Nación, graduada en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador (USAL) y con una Maestría en Integración Regional. Fue docente de esta Casa de Estudios y ocupó importantes cargos como Presidenta del Honorable Senado de la Nación, Vicejefa de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y legisladora, Diputada y Senadora Nacional.

Julián Domínguez: Abogado, profesor universitario y reconocido político. Se desempeñó como Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Diputado Nacional y fue Intendente de la localidad de Chacabuco, Provincia de Buenos Aires.

Federico Pinedo: Exdiputado Nacional. Actualmente, cumple funciones como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante el G20 en representación de la República Argentina.

El diálogo se centró en la primera pregunta planteada a los panelistas, la cual abordó los cambios experimentados en la política –tanto a nivel nacional, regional y global– durante el último lustro, así como los principales desafíos políticos contemporáneos.

La ex Vicepresidente Gabriela Michetti inició su intervención destacando la relevancia de la Encíclica: "Francisco nos brindó una hoja de ruta con herramientas prácticas para la política. Es un instrumento con contenido práctico y denuncias potentes".

Al analizar los cambios post-pandemia, identificó varios fenómenos: Repliegues nacionalistas contrarios al sistema multilateral; nuevas tensiones políticas, económicas y tecnológicas,  una crisis de gobernanza global y la emergencia de la tecnología como "campo de batalla"

El ex Ministro Julián Domínguez reflexionó sobre las consecuencias sociales de la pandemia. Señaló que, si bien la emergencia sanitaria acercó a algunas familias, para otras representó una crisis, e identificó un tiempo actual de "desintegración de las familias".

Destacó la solidaridad y el rol de la Iglesia durante la pandemia, lamentando que esa experiencia de unidad no se haya capitalizado. Nadie se salva individualmente, remarcó. En línea con el pensamiento jesuita, enumeró los principales desafíos de la política: "todo es superior a la parte; la unidad es superior al conflicto; quien más alto está más ejemplo tiene que dar para ser artífice de la unidad y de un destino común; y la acción es superior a la idea".

Por su parte, el Embajador Federico Pinedo compartió su impresión personal sobre el origen de la Encíclica, percibiendo en ella “… Me da la impresión de una actitud y de una preocupación angustiosa de Francisco". Atribuyó esto a que el Papa “sentía la necesidad de dejar un mensaje en un tema que era muy importante para él , que era el poder y la influencia que éste tiene en la vida de las personas, iluminado por la Doctrina Social de la Iglesia y la idea fundamental del bien común”.

Pinedo sugirió que esta percepción angustiosa se debió a que el proceso de escritura coincidió con la pandemia y que el Pontífice "veía cosas que estaban pasando en el mundo y que no se sabía dónde iban a parar, y que hoy se han profundizado mucho".

Coincidió con sus colegas en varios fenómenos post-pandemia: El Papa vislumbró el fenómeno de la digitalización como algo que "se pone en el medio de los seres humanos", creando una distancia entre ellos y consigo mismos. La pandemia fue la culminación de la globalización, seguida por el fenómeno social del encierro y el aislamiento. Por último, mencionó que los problemas tratados en la Encíclica se profundizaron enormemente, lo que ha llevado al debilitamiento del multilateralismo y al actual multipolarismo a nivel global.

Tras las primeras reflexiones de los panelistas, el moderador del encuentro, Dr. Guillermo Jensen, introdujo la siguiente línea de debate citando un pasaje clave de la Encíclica.

Citó el punto 141 de Fratelli Tutti: "La verdadera calidad de los distintos países del mundo se mide por esta capacidad de pensar, no sólo como país sino también como familia humana". A partir de esta premisa, el moderador planteó la pregunta central:

"En el contexto global actual, en el cual ciertos consensos se han perdido y se percibe en muchos lugares un repliegue identitario, particularista y nacionalista, ¿qué ideas y qué acciones concretas se pueden plantear para fortalecer la conciencia de pertenencia a una misma humanidad?".

Gabriela Michetti afirmó que la noción de "familia humana" se encuentra actualmente en crisis, aunque enfatizó: "pero no está muerta".

Michetti atribuyó esta crisis a múltiples factores interconectados, entre los que se destacan: el repliegue identitario y la desconfianza global; la fragmentación digital; una profunda crisis espiritual y de debilitamiento de los valores trascendentes y una "crisis tremenda de liderazgos".

Como camino para fortalecer la conciencia de pertenencia a una misma humanidad, la disertante propuso tres líneas de acción: la educación para la fraternidad, la implementación de políticas públicas inclusivas y el desarrollo de narrativas que unan, como el diálogo intergeneracional.

Continuando con el análisis, Julián Domínguez resaltó la importancia de varios valores y conceptos clave. Domínguez subrayó el "coraje extraordinario" del Papa Francisco para diferenciar entre lo popular y el populismo, y reafirmó la necesidad de "unirnos como pueblo".

El eje central de su intervención se centró en la justicia social: "No podemos desconectar el sentido de la justicia social con una visión compartida de futuro". En este marco, se preguntó cómo la humanidad se piensa a sí misma y cómo se pueden construir instrumentos sociales "para que los que están excluidos, puedan ser incluidos".

Finalmente, destacó que la defensa de la vida es constitutiva de la posibilidad de encontrarse como humanidad.

Federico Pinedo centró su análisis en dos pilares fundamentales tratados por el Papa Francisco en su Encíclica. En primer lugar, la noción de que "todos los hombres tenemos una igualdad esencial", la cual radica en la dignidad humana compartida. Pinedo aclaró que esta dignidad implica que "todos somos iguales frente a Dios", rescatando así la universalidad del ser humano.

En segundo lugar, Pinedo destacó el rescate de lo individual que realiza el Papa, enfocándose en la apertura de uno hacia los demás. Señaló que esta idea gira alrededor del concepto de la misericordia.

Para dar cierre al encuentro, el moderador, Dr. Guillermo Jensen, formuló la pregunta final a los disertantes, que sirvió como disparador para sus reflexiones conclusivas.

El Dr. Jensen preguntó a los panelistas sobre el impacto actual del documento papal: "¿Qué les genera la reflexión de la Encíclica hoy? ¿Qué características concretas debería tener la ‘mejor política’ de la que habla Francisco?".

Al reflexionar sobre la Encíclica y la "mejor política”, la ex Vicepresidente Gabriela Michetti interpretó el Documento no como una "situación angustiosa" sino como un "grito desesperado de Francisco" ante la pandemia y los fenómenos globales que observaba.

Al responder sobre los pilares de la "mejor política" propuesta por Francisco, la disertante Gabriela Michetti la definió a partir de cinco características esenciales. Propuso recuperar la ética en la gestión, entendiendo la política como una vocación de servicio y no como una profesión. Además, señaló que es clave combatir las divisiones —luchando contra la desinformación y la polarización— para reparar el tejido social y promover la cultura del encuentro. Todo esto debe sustentarse en una convicción inquebrantable en la dignidad humana para garantizar la justicia social y la equidad. Michetti concluyó enfatizando que todos estos principios deben traducirse en políticas públicas concretas.

Al cierre de su participación, Julián Domínguez destacó la función esencial de las instituciones académicas. Argumentó que las universidades tienen el rol de aportar el juicio crítico a la política, sirviendo como espacios de debate y análisis.

En relación con la "mejor política", Domínguez resaltó el ejemplo del Papa Francisco, quien no solo habló de unidad, sino que "hizo todo lo posible para construir esa unidad". Subrayó la importancia de "salir al encuentro del otro" como un signo distintivo de la buena política. Finalmente, concluyó que la política requiere la valentía de "ponerse la patria al hombro", un principio que, según el disertante, es promovido por Francisco.

En su reflexión final, el Embajador Federico Pinedo analizó la figura del Papa Francisco, a quien describió como "indiscutiblemente como un pastor”  y recordó que Francisco dedicó numerosos escritos a la política, la cual siempre posicionó como "una de las profesiones más nobles, en el sentido de servicio". Destacó que, en el trato personal, se percibía claramente en él a un pastor con una mirada que reflejaba el pensamiento profundo de la doctrina social de la Iglesia. Enfatizó que, si bien la acción es superior a la idea –como mencionó Julián Domínguez–, "no hay acción sin idea". Pinedo concluyó que la política debe basarse en la apertura hacia el otro y en el apego a lo bueno, que es "hacer el bien".

Para lograr esta "cultura del encuentro", mencionada también por Gabriela Michetti, Pinedo simplificó los requisitos para el diálogo: "Solamente hay diálogo con un objetivo en común y la buena fe. Con estas dos simples cosas se puede dialogar, y con el diálogo se puede construir”.

Este Conversatorio se enmarca en las acciones que la Universidad del Salvador (USAL) y en este caso, a través de su Vicerrectorado de Formación, promueve la creación de espacios de reflexión, diálogo y encuentro que articulen la fe, la cultura y el compromiso social.


 

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