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Miguel Martín de Güemes. Doscientos años y una efeméride

La Real Academia Española define una efeméride como todo “acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él”. Fechas que nos llevan a reflexionar sobre su importancia, permanencia y actualidad, a través de la relectura que hacen los ojos del presente, profundizando en la historia y sus fuentes. 

En esta oportunidad, evocamos un nuevo aniversario, conmemoramos el bicentenario del fallecimiento del General Don Martín Miguel de Güemes. A los 36 años, producto de una traición, dejaba para siempre su suelo natal, sin haber claudicado nunca, en su intención de resistir la invasión realista que amenazaba la frontera norte. 

Enrolado a temprana edad como cadete en la 7.ª Compañía del 3.er Batallón del Regimiento de Infantería de Buenos Aires con asiento en Salta, lograría posteriormente, ganar el reconocimiento que le permitiría ascender en la carrera militar a medida que participaba de las distintas gestas que la naciente Nación debía afrontar. 

Así, intervino en las invasiones inglesas, formó parte del Ejército Auxiliar del Alto Perú como Avanzada, actuó como jefe de la Vanguardia, acompañó al Ejército Auxiliar de José de San Martín, comandó todas las avanzadas contra Pezuela, sitiándolo en la ciudad de Salta, en donde es nombrado Gobernador Intendente desde 1815, siendo considerado también, Defensor de las Provincias del Norte. 

Lideró a “Los Infernales”, regimiento que se destacó en la guerra de recursos que supieron dominar, con osadía, maestría y conocimiento del terreno. En las Memorias póstumas de José María Paz, se puede leer sobre ellos: “los valientes salteños, y principalmente los gauchos (nombre que se hizo honroso entonces), acaudillados por Güemes les abandonaron [a los realistas] las poblaciones y les opusieron en la campaña una resistencia heroica”. 

Su accionar fue distinguido por la moderación de su carácter y la concepción americanista que plasmó desde su lugar en la guerra por la Independencia. Como reafirmó recientemente el Dr. Miguel Ángel De Marco, biógrafo del héroe, en la anteúltima sesión pública de la Academia Nacional de la Historia, Güemes fue uno de los cuatro pilares de la Emancipación junto con Belgrano, San Martín y Pueyrredón.  

En el oficio que realiza al Director Supremo, citado en el Ideario de Güemes, el mismo prócer da a entender la importancia que para él tenía la lealtad y el patriotismo:

Aquí, en esta provincia de Salta, tiene vuestra excelencia cuatro a cinco mil campeones, abrasados con el sagrado fuego de la libertad de la patria, y altamente entusiasmados con el patriotismo más puro, e incorruptible […] Su valor, ha sido tan notorio, tan acreditado y heroico, que merece más bien la admiración que la imitación.  

De las virtudes cardinales, especialmente de la justicia, la piedad patriótica se impone entre las condiciones que un héroe debe tener. La perseverancia, la magnanimidad, el valor, al punto de estar dispuestos a dar su vida, son aquellas cualidades que impulsan su veneración y alabanza, que sirven de ejemplo y pasan a formar parte de la memoria colectiva. 

Estas son algunas de las acciones, las palabras y el espíritu de un hombre que trascendió la historia. Que año a año, un nuevo aniversario nos recuerda que hay modelos de vida que pueden pervivir más de doscientos años y que merecen ser imitados. 

Si bien el devenir del presente cambia día a día, la piedad patriótica nos hermana y solidariza ante la actualidad que debemos afrontar y los desafíos que nos tocan vivir, haciéndonos partícipes de una historia común que destaca, aquellas efemérides, que son dignas de resaltar. 


Alicia C. Martin, Directora de la Licenciatura en Historia de la Facultad de Historia, Geografía y Turismo de la Universidad del Salvador
    

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