Proyecto “Baldosas por la infancia”

Este año la Secretaría de Bienestar Universitario, a través de su Área de Acción Social, se comprometió a ser agente de cambio durante todo el mes de agosto y septiembre a través de la creación de una red y desde el abordaje de tres ejes centrales: voluntariado, viernes de concientización y acción solidaria.

En relación a este último eje, hoy en día se encuentra trabajando junto al Centro de Primera Infancia (CPI) “Pilarcitos”, de Fundación Pilares, ayudando en la compra de 260 baldosas antigolpes para la refacción de su terraza, un espacio lúdico para los 75 chicos de 1 a 3 años que alberga el Centro.

La Fundación Pilares trabaja junto a niños, niñas y sus familias para promover los derechos de las infancias en situación de vulnerabilidad. Hoy acompaña a más de 500 familias en la villa 21-24 (Barracas), 1-11-14 (Bajo Flores), Nueva Pompeya, Barracas y alrededores a través de 5 programas sociales: “COPIF”, “Haciendo LUPA”, el “Centro de Educación Temprana”, los Centros de Primera Infancia “Pilarcitos” y “Floreciendo” y el programa de “Economía Social y Solidaria”.

El 1 de septiembre la Directora de la Secretaría de Bienestar Universitario, Agustina Lucero Schmidt, y las Colaboradoras Académicas de las Áreas de Acción Social y de Responsabilidad Social Universitaria, Daniela Santillán y Delfina Ramos, asistieron al CPI “Pilarcitos” para dialogar con María Maqueda, su Coordinadora, y conocer las instalaciones.

“Los Centros de Primera Infancia surgen ante la necesidad de alojar niños y niñas que quedan fuera del sistema educativo y tienen por objetivo llegar a lugares de la Ciudad de Buenos Aires en donde más se necesitan espacios para los niños y niñas más jóvenes”, explica María Maqueda. Hoy en día, “Pilarcitos” cuenta con espacio para 75 chicos de 1 a 3 años, provenientes de los barrios de Nueva Pompeya, Valentín Alsina y la Villa 21-24. “Desde 2016, cuando se abrió el Centro, trabajamos con una jornada de 8 horas diarias donde los niños tienen las tres comidas del día, además de propuestas educativas y lúdicas y el acompañamiento a las familias en todo lo que respecta a la crianza”, amplió.

Por la pandemia del COVID-19, las actividades presenciales se vieron afectadas y durante todo el año desde el Centro ayudaron a las familias con el armado de bolsones y envío de mercadería, para acompañar las necesidades alimentarias. A su vez, complementaron esas entregas con propuestas pedagógicas destinadas a que los niños realicen diversas actividades en sus hogares.
 
A principios de 2021, los niños pudieron regresar a la presencialidad en grupos reducidos y con media jornada. Actualmente ya cuentan con la aprobación para brindar el almuerzo y aumentar gradualmente el número de chicos en el Centro. “Fue un gran desafío porque nos obligó a redescubrir nuestro trabajo, nos tenemos que enfocar más en lo individual y en trabajar con grupos más pequeños”, explica la Coordinadora.

El objetivo primordial de “Pilarcitos” es promover los derechos de las infancias que viven en contextos de vulnerabilidad psicosocial. Desde el Centro lo hacen a través de propuestas socioeducativas, de cuidado y también con el acompañamiento y fortalecimiento familiar mediante entrevistas, talleres y reuniones para acompañar a la crianza de niños de 1 a 3 años.

El Centro cuenta con 3 salas, dividida por edades y cada una con un docente de nivel inicial a cargo. También lo integran educadoras auxiliares que acompañan la tarea y programan las actividades en función del diseño curricular de nivel inicial, ofreciendo una mirada educativa pero también haciendo hincapié en construir una mirada comunitaria, entendiendo que su objetivo es trabajar con poblaciones que tienen muchos derechos vulnerados y que eso va sentando ciertas bases para el bienestar infantil de los niños. Por otro lado, tienen disponible un equipo de cocina y limpieza que se encarga de cubrir las necesidades de los chicos y un equipo técnico, integrado por una psicopedagoga, una trabajadora social y una psicomotricista que acompañan la tarea de niños en salas y talleres y también a las familias.

La refacción de su terraza y la compra de las baldosas surge de la necesidad de contar con las condiciones necesarias para que niños de esas edades exploren libremente el espacio. “Una de los grandes fuertes de nuestra propuesta socioeducativa es el espacio abierto de juego en la terraza, que cuenta con juegos de plaza. Las baldosas de la terraza tienen varios años, desde la creación del Centro, y cuando se colocó no se hizo de la manera correcta, por lo que se están levantando todas las baldosas. Hemos intentado emparcharlo y volver a poner algunas baldosas, pero ya no se pueden alisar, y resulta peligroso para los chicos ya que, por más que sean antigolpes, no favorece a los más niños que aprenden a caminar y no pueden contar con un espacio liso y apto”, cuenta María Maqueda.

María Maqueda también manifestó la importancia de realizar una alianza de esta magnitud con la Universidad: “es muy valioso poder unir la parte académica que brinda la USAL con las necesidades concretas de la sociedad. Esta ayuda significa mucho para nosotros, implica un punto de contacto para las próximas necesidades que puedan surgir en el día de mañana”, expresó. Por último, destacó que este cambio de baldosas será también “algo simbólico, ya que es el piso el que nos sostiene y el que da las raíces y el sustento para seguir creciendo”.

Podés conocer más de la propuesta y colaborar con la compra de las baldosas ingresando a https://socialmente.usal.edu.ar/es/baldosas-por-la-infancia 

Más información:
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