Segunda circular: Congreso Interuniversitario “Laudato SI” El Cuidado de la Casa Común
Del 1 al 4 de septiembre el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) organizan el Congreso Interuniversitario “Laudato SI” El Cuidado de la Casa Común a realizarse del 1 al 4 de septiembre, mediante transmisiones online distribuidas por los Consejos Regionales de Planificación de Educación Superior (CPRES) en todo el país (https://laudatosi.edu.ar/)
"El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral" (LS, 13) Papa Francisco
Al cumplirse seis años de la Encíclica Laudato Si´ del Papa Francisco, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) convocan a un Encuentro Internacional del 1 al 4 de septiembre de 2021.
Las conferencias, conversatorios y diversas actividades académicas propiciarán el diálogo sobre algunos de los principales ejes de la Carta Encíclica Papal, como dignidad personal, fraternidad y diálogo intercultural, medioambiente, desarrollo integral de las personas y visión a través de diálogos y encuentros interdisciplinarios que sumen perspectivas y diversidad.
Con un sentido trascendente, personalidades expertas nacionales e internacionales compartirán su lectura de los hechos para la búsqueda de una nueva agenda con consciencia ambiental. Se aspira a atender la complejidad multidimensional de estos fenómenos y cooperar en el esfuerzo de su interpretación. La contextualización interdisciplinaria posibilitará, además, debatir acerca de las acciones en un futuro próximo.
Concebido como un encuentro federal que entrama instancias nacionales con acciones locales realizadas por las comunidades universitarias en distintos lugares del país, el Congreso Laudato Si´ estará accesible en modalidad virtual para facilitar el acceso en todo el territorio nacional.
El miércoles 1 de septiembre, primera jornada del Congreso Interuniversitario, el Rector de la Universidad del Salvador, Carlos Salvadores de Arzuaga, expuso en la "Mesa de Apertura CPRES Metropolitano", junto al Rector de la Universidad Nacional de Avellaneda, Jorge Calzoni; y el Obispo de Merlo y Moreno, Mons. Fernando Maletti. La moderación estuvo a cargo de Silvina Cataldi, Directora de Relaciones Institucionales e Internacionales de la Universidad Nacional de José C. Paz.
En su disertación, el Rector Carlos Salvadores de Arzuaga expresó: “Estamos ante una Encíclica social, que se dirige al corazón de las personas en el sentido de recuperar la equidad en el entramado social y su relación con el ambiente.
El Santo Padre nos señala que “Hace falta la conciencia de un origen común, de la pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica, permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida” (LS 202).
Hay un llamado concreto, preciso, claro a reconstruir lazos rotos por el individualismo, donde la vanidad y el ideologismo solo fragmenta cada día más la sociedad.
Sentimos que debemos sanar, enmendar el cuerpo social herido.
“Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. En este contexto, no parece posible que alguien acepte que la realidad marque límites. Tampoco existe en ese horizonte un verdadero bien común. Si tal tipo de sujeto es el que tiende a predominar en una sociedad, las normas sólo serán respetadas en la medida en que no contradigan las propias necesidades. Por eso no pensemos en la sola posibilidad de terribles fenómenos climáticos o grandes desastres naturales, sino también catástrofes derivadas de crisis sociales, porque la obsesión de un estilo de vida consumista, sobre todo cuando unos pocos pueden sostenerlo, sólo podrá provocar violencia y destrucción” (LS 204).
Reconstruir lazos a partir de esta visión social que nos proporciona Su Santidad, es una tarea sacrificada, hasta agobiante, cuando el debate llega a perder su sentido o naturaleza porque se sitúa en un intercambio ideologizado de fórmulas que se desentienden de la realidad, que sólo pretenden controlar al otro. La agresividad y hasta la violencia verbal es una herramienta, que convierte todo en una dialéctica infernal, en la que “las personas se vuelven autoreferenciales y se aíslan en su propia conciencia, y acrecientan su voracidad” (LS 205).
No tenemos dudas que podemos evitar continuar degradándonos, y podemos comenzar abandonando la hipocresía y la indiferencia.
Ser capaces de mirarnos a nosotros mismos con honestidad, de sacar a la luz nuestro propio hastío y de iniciar caminos nuevos hacia la verdadera libertad (LS 205)
Alguna lectura superficial a la Encíclica puede imputarle ser un modelo simple de buenos deseos, voluntarista, de difícil aplicación.
Nada de eso. Tiene una sólida base científica sobre cuyo acierto nos demuestra la realidad, la conciencia ambiental lleva años de maduración en el magisterio de la Iglesia, la experiencia personal de Sumo Pontífice en la realidad que enfrentó y en definitiva también demostrado el perjuicio que sufre la humanidad por el uso y abuso que hacemos del planeta.
No debemos ser ingenuos con menospreciar la situación económica, social, cultural y política del mundo y de nuestro país en particular. Será un gran esfuerzo promover la conciencia ecológica integral a que nos llama Francisco.
Aquí es el momento de no dejarse dominar por el desánimo y mucho menos por el pesimismo.
Estamos llamados a una hermosa y desafiante misión, donde la conciencia de dónde venimos y quienes somos, será una luz que ayudará en el camino.
Encontramos que la universidad tiene un compromiso o mejor dicho, dar testimonio que no sólo entendió la Encíclica sino que la vive.
Pero debemos acordar que la Universidad, como lo hemos dicho en otras oportunidades, es una comunidad de seres próximos, cercanos, en un lugar determinado que habilita y permite el diálogo, que supera al conocido, al compañero, al condiscípulo. Se confluye en el ámbito de la sociabilidad; el hombre sólo no aprende y menos se motiva a reflexionar.
El mundo que nos espera, no creo que pueda ser el que imaginábamos esta generación.
Ante ello, la Universidad preservará su naturaleza siempre que, sea un ámbito cultural, en el que el conocimiento y reflexión confluyan en la formación de la persona.
La Universidad no es un conjunto de cursos (buenos, regulares o malos) o actividades de trasmisión de conocimientos, más bien es un espacio institucional que hace posible la adquisición, transmisión y generación de conocimientos en el ámbito de una comunidad que marca además a las personas con valores que atraviesan la experiencia universitaria.
Estimamos que desde allí es una forma adecuada para que la educación ambiental amplíe sus objetivos, pues no reposará en eslóganes comerciales o políticos, sino en la apreciación de los dones naturales.
Que mejor ámbito que el universitario para “Prestar atención a la belleza y amarla”, lo que ayudará, sin duda, a salir del pragmatismo utilitarista.
Francisco ha dicho “… si se quiere cambios profundos hay que tener presente que los paradigmas de pensamientos realmente influyen en los comportamientos. La educación será ineficaz y sus esfuerzos estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza” (LS 215)
Educar universitariamente con o a través de Laudato Sí es ser diáfanos, transparentes y testimoniar que “Educar, en general, pero sobre todo en las universidades, no solo es llenar la cabeza de conceptos. Se necesitan tres lenguajes. Es necesario que entren tres lenguajes: el lenguaje de la mente, el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos, para que se piense en armonía con lo que se siente y se hace: se sienta armonía con que se piensa y se hace, se haga en armonía lo que se siente y se piensa. Una armonía en general y no separada de la totalidad” (Francisco, “Nuevas fronteras para lideres universitarios”, 4/XI/2019).
La fuerza moral e intelectual de las universidades debe promover la cultura y los hábitos que propugna la Encíclica.
Pero esto será posible en la medida que abandonemos las vanidades académicas y los ideologismos tanto pedagógicos como curriculares, para ocuparnos y preocuparnos por lo más importante y efímero que tienen las universidades: los estudiantes; de lo contrario la institución será inútil para cambios y perderá su naturaleza”.
Modalidades de Participación
Las exposiciones fueron seleccionadas y coordinadas por un Comité Académico desde una perspectiva nacional e internacional.
Los asistentes deberán registrarse desde un formulario con el fin indicar su interés en el congreso y para poder acceder a las novedades de la organización.
Inscripción sin cargo: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScT_iN2nV3N4wJ9od3LYkdfxhdVohRnSGfL9khHvHnd8NedZw/viewform
¿Qué es la Encíclica “Laudato Si”?
Una Encíclica es una especie de carta extensa que escriben los Papas a la comunidad de fieles. En ella se manifiestan uno o más temas vinculados con la doctrina. En este caso, los destinatarios exceden la participación de la Iglesia Católica ya que alcanza a ciudadanos, líderes, funcionarios, etc.
La Encíclica Laudato Si´ (24 de mayo de 2015) es la segunda Carta del Papa Francisco. La primera fue Lumen fidei (5 de julio de 2013) y aborda la fe desde la teológica católica. La tercera, Fratelli tutti (3 de octubre de 2020), analiza a la fraternidad y a la amistad social.
Laudato Si´ (alabado seas, en español) se centra en el medioambiente y en el desarrollo sostenible de una manera amplia. La línea que hila todo el pensamiento del Papa Francisco expresado en su Encíclica es el “Cuidado de la Casa Común”.
El concepto de “casa común” refiere al planeta. A lo largo del texto, se plantea la existencia de una crisis provocada por el daño que el ser humano le impartió. Lo novedoso de la carta y de las ideas que propone se ubica en considerar a la Tierra como la “hermana” al no separarla del ser humano, sino entendiéndola como parte de un todo, un sistema.
En este sentido, la crisis es una y comprende lo ambiental y lo social. Ambas dimensiones están en relación y forman parte de un mismo problema: es una crisis de carácter socio-ambiental. Por esto, al inicio de la Encíclica se menciona que “olvidamos que todos somos tierra”.
Además, incorpora un llamado a buscar soluciones integrales a las problemáticas, casi como última instancia y oportunidad de reparo. Esto incluye combatir la pobreza para devolver la dignidad y, de manera simultánea, cuidar la naturaleza (incluye a la Tierra entre los pobres). En concreto, el Papa plantea: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”.
A lo largo de la extensa carta se abordan temas vinculados con las relaciones de poder, las problemáticas de la pobreza, las responsabilidades de los humanos, los problemas ambientales y la política internacional, entre muchos otros.
Programa: https://laudatosi.edu.ar/congreso/programa
Mensaje del Papa Francisco: https://www.youtube.com/watch?v=uRUmEXoEyoM
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