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Plazoleta donde estuvo "La Rancheria"

“Día Nacional del Teatro”

La carrera de Artes del Teatro de la Facultad de Arte y Arquitectura de la USAL recuerda el “Día Nacional del Teatro”

Desde 1979, el 30 de noviembre se celebra el “Día Nacional del Teatro”, en conmemoración a la Inauguración del Primer Teatro establecido en la ciudad de Buenos Aires: el Teatro de la Ranchería. Esta sala estaba ubicada en las actuales Alsina y Perú, y abrió sus puertas en 1783 estando en funcionamiento hasta 1792, cuando, por accidente, sufrió un incendio. 

Durante el período colonial, el Arte Dramático en la ciudad de Buenos Aires tuvo manifestaciones discontinuas e intermitentes; y no fue hasta después de la fundación del Virreinato del Río de la Plata que la capital tendría su primer teatro, impulsado por Francisco Velarde (empresario teatral) y el Virrey Vértiz y Salcedo.

Francisco Velarde se hizo cargo de la construcción de la Casa de Comedias y se eligió el espacio conocido como “La Rancherìa” (donde, en tiempos coloniales, estuvieron los ranchos de los indios mansos de las reducciones jesuíticas), para erigir un teatro provisional, hasta que se concluyera la construcción del estable. Finalmente, nunca se llegó a levantar la Casa de Comedias definitiva, y el Teatro de la Ranchería fue el centro de las artes escénicas en Buenos Aires, hasta 1792.

Para favorecer la presencia del público en el teatro, el Virrey Vertiz y Salcedo ordenó alumbrar los alrededores con faroles con velas de sebo y dispuso que todo el dinero recaudado en las funciones fuera destinado al Asilo de Niños Expósitos; además él mismo era un frecuente habitué del nuevo espacio escénico. 

El teatro estaba construido con paredes de madera y techo de paja, contaba con puertas en el frente y los laterales (para casos de emergencia). Su interior también era sencillo: contaba con un patio o platea con hileras de largos bancos de pino, que estaba separado del “degolladero” (donde se situaba el público de pie) por medio del “palenque” (viga de madera sólida). A los costados estaban los palcos (llamados “cubillos”), de los cuales uno era más cómodo y mejor adornado y estaba reservado para el gobierno. A continuación de los palcos se encontraban la gradería exclusiva para mujeres (“cazuela”) y frente a ella, la de hombres; ya que una de las cláusulas del contrato exigía la separación de los sexos. Toda la sala se iluminaba con velas de sebo. 

El escenario era pequeño y bajo (para permitir la visión desde la platea), y carecía de una fosa para la orquesta, de modo que los músicos se ubicaban entre bastidores o a los costados del tablado. Sobre el proscenio se encontraba un letrero con la frase: “Ridendo corrigo mores”.

En cuanto a las puestas en escena, se solían representar comedias, sainetes, entremeses, dramas clásicos y tonadillas; y se contaba con gran cantidad de elementos de vestuario, utilería e iluminación. 

El Teatro de la Ranchería vivió su época dorada entre 1789 y 1790, especialmente debido a los festejos realizados con motivo de la jura del Rey Carlos IV y el aniversario de su coronación. 

La noche del 16 de agosto de 1792, un cohete arrojado, aparentemente, desde la iglesia de San Juan, cayó sobre el techo de paja del teatro, quemando el recinto casi por completo. El teatro quedó en ruinas y abandonado, e inclusive fue utilizado como cuartel por las tropas inglesas durante la invasión de 1806.  

Tras la desaparición del teatro, se erigió en ese sitio una plazoleta circular, que se encontraba en la entrada del Mercado del Centro. Con la apertura de la Diagonal Sud, la plazoleta fue destruida. 

 

Fuente: TAULLARD, A. (1932). Historia de nuestros viejos teatros. Buenos Aires: Imprenta López. 
 

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