Empresas y Valores: “Un país que promueve su potencial empresarial tiene competitividad”

“Inversiones y seguridad jurídica: El desafío de recuperar la confianza internacional”, fue el tema del quinto encuentro del Ciclo “Empresas y Valores”, que se realizó el 19 de septiembre en el Rectorado de la Universidad.

Participaron del conversatorio Beatriz Nofal, quien fue Diputada Nacional, Presidente de la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones y Secretaria de Estado para Asuntos Especiales del G20; Alejandro Fargosi, abogado constitucionalista y corporativo especializado en telecomunicaciones, quien fue Consejero de la Magistratura y Prosecretario General del Colegio Público de Abogados; Gustavo Castagnino, graduado de la USAL, Director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad|ESG de Genneia, y miembro de la Comisión Directiva de la Cámara Eólica Argentina y Ramiro Castiñeira, economista, Director de Econométrica y Profesor del MBA.

Alejandro Fargosi describió la situación legal y advirtió que uno de los factores clave para recuperar la seguridad jurídica, y sobre lo cual se habla poco, es el Poder Judicial: “Tenemos que hacer un intenso trabajo de simplificación porque necesitamos atraer inversiones. Hay que resolver fallos, hay que hacerlos más rápido, más cortos y más claros. Cuando la Justicia empiece a usar el reloj en vez del calendario, todo va a funcionar significativamente mejor”, sostuvo. 

Aclaró que es optimista porque está notando un cambio positivo en los últimos tiempos, pero también, que hay mucho por hacer por parte del empresariado: “Así como hay mucho funcionario corrupto, hay también empresarios corruptores. Y si es difícil ver funcionarios presos, es más difícil ver empresarios presos”.

Por eso advirtió sobre la necesidad de un cambio en la actitud empresaria y puso por ejemplo el caso de un alto directivo argentino quien, hablando sobre la relación con el gobierno, le dijo: “El que se arrastra no se cae”. Consultado sobre un caso análogo, un importante ejecutivo brasileño en cambio, le aclaró que allá las cosas son distintas: “El que se arrastra, no se puede quejar si lo pisotean”, le espetó. Y lo dejó pensando. 

Según Castiñeira, “si Argentina no cambia de modelo económico, termina en una hiper”. Tras un análisis histórico, advirtió que los gobiernos argentinos insisten en el siglo XXI con reglas que ya fracasaron en el siglo XX, como si vivieran en un mundo que ya no existe y como si quisieran hacer todo lo posible para frenar las las inversiones, las exportaciones y el crecimiento.

Beatriz Nofal, por su parte, a partir de un marco de análisis para diagnosticar el crecimiento en países de ingresos básicos, anunció una nueva ventana de oportunidad y expuso una serie de lineamientos de políticas económicas para alentar la inversión “Argentina sí tiene problemas de horizonte incierto de retorno en la inversión por fallas de gobierno que producen una baja apropiabilidad” pero también “hay luces rojas en materia de riesgos macroeconómicos por el deterioro significativo de la situación fiscal, la emisión monetaria para financiarla, una alta y creciente inflación, una brecha cambiaria significativa y reservas negativas.”

Describió como la “enfermedad argentina” (argentine disease) el problema de externalización del ahorro privado o “fuga de capitales” en desmedro de la inversión productiva por problemas de confianza y una historia de volatilidad, confiscación y vulneración de los derechos de propiedad.

Señaló que, para acceder a los mercados internacionales, además de estabilizar la economía, y cumplir el acuerdo con el FMI, se debe iniciar un sendero de sustentabilidad macroeconómica, despejando cualquier riesgo de default, pero también, solicitar y lograr una recalificación crediticia de la Argentina en el Comité de Aseguradoras de Crédito de la OCDE para recuperar el acceso al crédito a largo plazo para inversión. 

Por último, a fin salir de la “trampa de ingresos medios decrecientes” en la que estamos, indicó que se necesita “un plan de crecimiento y desarrollo sostenible a fin de incrementar los niveles de inversión, innovación, exportaciones y fortalecer el capital empresarial y emprendedor que mejore el potencial de generación de ingreso de la economía en el largo plazo”.

Gustavo Castagnino describió la situación: “Exportamos 4 mil millones de dólares en minerales. Chile, teniendo la misma cordillera, exporta 40 mil millones. El problema no lo tenemos afuera, lo tenemos adentro y hay que solucionarlo”. Respaldó la necesidad de un plan de crecimiento: “Argentina merece una discusión sobre qué sectores son competitivos y desarrollar un plan a largo plazo” porque sólo “un país que promueve su potencial empresarial tiene competitividad” y señaló como ejemplos las iniciativas de Marcas Argentinas y Talento Argentino, que cuentan historias de superación de empresas nacionales. 

Luego de un enriquecedor diálogo entre los disertantes y el público, Claudio Blanchart convocó a resolver uno de los desafíos principales a nivel cultural: “esta dialéctica entre empresa y Estado”, que no la va a resolver el Estado sino un empresariado maduro, que tiene que reconstruir su perfil como interlocutor social. “Ese es uno de los objetivos del Consejo Empresarial de la USAL, para lo cual hay que mejorar los mecanismos de participación de las empresas en la sociedad con más organización civil, con más república y con más ciudadanía”, concluyó. 

El siguiente encuentro será sobre “Inteligencia artificial y trabajo humano: La revolución tecnológica que viene”, el martes 17 de octubre a las 19 horas.

El ciclo Empresas y Valores es organizado por el MBA de la USAL y el Consejo Empresarial de la Escuela de Negocios, un espacio de diálogo entre el sector empresario, académico, político y la sociedad civil para fortalecer el protagonismo empresarial, recuperar la competitividad y retomar el camino hacia el desarrollo de la Argentina. Colaboran en su organización AHK Argentina, ACDE, la Fundación Hanns Seidel, CEVA, la Fundación Ciudadanía y Valores Sin Fronteras, entre otras instituciones.