Finalización de la primera cohorte de la Diplomatura Universitaria en Estudios Irlandeses
El sábado 12 de diciembre tuvo lugar la última clase de la “Diplomatura Universitaria en Estudios Irlandeses”, que se enmarca en la Cátedra Extracurricular de Estudios Irlandeses de la Escuela de Lenguas Modernas de la Universidad del Salvador.
La primera edición de esta propuesta formativa enfocada en los estudios irlandeses que ahonda en varios campos del saber ligados a la cultura irlandesa impartiendo conocimientos formalmente, concluye así su primera cohorte de treinta cursantes.
Los cuatro módulos de la diplomatura: Irlanda: ayer, hoy y mañana; Construcción de la identidad irlandesa; Historia de la inmigración irlandesa; y un Seminario (de temática variable) que este año se denominó “Irlanda, Europa y el Mundo en el siglo XX”, abordaron diferentes aspectos de Irlanda y su cultura, desde la perspectiva de distintos especialistas en estudios irlandeses del país, tales como Viviana Keegan y María Eugenia Cruset, responsables del proyecto; y del exterior, con los docente invitados: Justin Harman, Diarmuid Ó Giollain y José Brownrigg Gleason.
Cabe destacar el alto grado de motivación y compromiso por parte de profesores y cursantes en el desarrollo de esta actividad en la modalidad virtual, que permitió contar con alumnos de CABA y provincia de Buenos Aires, pero también del interior del país (Córdoba, Bariloche, Comodoro Rivadavia, Diadema, Luján, Pergamino, Saladillo, y Mar del Plata) y del exterior (Chile, Colombia, y Estados Unidos).
De esta manera, la Escuela de Lenguas Modernas suma otro hito en educación superior, con la primera cohorte de la Diplomatura Universitaria en Estudios Irlandeses.
En esta clase final, algunos de los cursantes brindaron el testimonio de su experiencia, que resumimos en lo que escribiera uno de los cursantes:
“Nuestro verde frenesí”
Esta fue una de las primeras frases que escuchamos durante la cursada de la Diplomatura en Estudios Irlandeses que ahora se va acercando a su final. La mencionó la profesora Viviana Keegan citando a la autora, la compañera Jenny, y sirvió tanto para situarnos en el espíritu del curso, como para habilitar la dicha compartida de tener el privilegio de recorrer Irlanda por las vías de la reflexión y la emoción.
Desde luego, también vimos las obras de sus artistas plásticos y escultores, escuchamos algunas de sus canciones, volvimos a ver su cine, y conocimos –o redescubrimos- a muchos personajes emblemáticos. Y leímos. Leímos mucho, aunque es seguro que no alcanzamos a abarcar todos y cada uno de los textos que en cada módulo nos fueron sugeridos a través de una vasta bibliografía bilingüe.
Y trabajamos bastante al intentar poner por escrito nuestras elaboraciones sobre distintos temas de la cultura y la historia irlandesas. Es cuestionable llamarle “trabajo” a una labor que se disfruta, pero lo cierto es que cumplimos las tareas y, al parecer, lo hicimos de modo satisfactorio. No podía ser de otra manera después de asistir –vía “zoom”- a las formidables clases de las profesoras María Eugenia Cruset y Viviana Keegan, y del profesor Justin Harman.
Hubo, de base, una notable selección de contenidos que buscó no dejar cabos sueltos, pero además estuvo la pericia didáctica del cuerpo docente (asistidos -al igual que todo el alumnado- por Paula Ortiz y Verónica Repetti), y su pasión por transmitir miradas, lecturas y vivencias. En este sentido, los comentarios sobre sus viajes y estadías en Irlanda, o sobre sus experiencias en la comunidad hiberno-argentina, ayudaron siempre a completar el cuadro y la perspectiva.
Lo mismo puede decirse de los aportes que las compañeras y compañeros fueron realizando al compartir sus propias vivencias y las de sus antepasados, sus diversas miradas hacia cada uno de los fenómenos históricos y sociales que fuimos estudiando, sus singulares indagaciones y periplos. Como en el caso de los docentes, aquí también primó la generosidad y la idea de brindarnos todo lo que es de todos.
Muy generosas fueron asimismo las clases que nos dieron la compañera Gabriela (sobre la inmigración irlandesa en el Perú) y el compañero Luis Fernando (acerca del Proceso de Paz en Colombia), y también hubo belleza y talento cuando Alejandro, del Grupo NaFianna, cantó parte de una famosa balada para nuestro deleite.
Y contamos con la gracia de algunas clases especiales (y de invitaciones a los encuentros organizados por la Asociación de Estudios Irlandeses del Sur), de entre las cuales rescato dos cruces bien “irlando-argento” alrededor de pasiones compartidas. El del investigador irlandés Diarmuid Ó Giolláin sugiriéndonos leer los ensayos del compatriota Néstor García Canclini, y el debate entre Guillermo David –Director de Cultura de nuestra Biblioteca Nacional- con el periodista y escritor irlandés Michael McCaughan en torno a la figura y el posicionamiento intelectual y político de Rodolfo Walsh.
Bien sabemos que aquí no termina “nuestro verde frenesí”, pero es probable que quienes participamos (Belén, Brenda, Clara, Dana, Daniela, Esteban, Erika, Florencia, Gabriela, Jenny, Leonel, Lorrain, Lucila, Luis, Luis Fernando, Lizzie, María Andrea, Mariana, Marcelo, Maureen, Mauricio, Maximiliano, Moira, Natalia, Paola, Paula, Roberta, Valeria y Yanina) no podamos evitar una punzada de nostalgia anticipada. Que la última palabra sea de gratitud por todo lo que aquí recibimos, y por el cuidado y el amor con que nos acercaron hacia el corazón de Irlanda. Ojalá seamos merecedores de permanecer allí.
Carlos Semorile
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