La herida de Ignacio
Estamos llegando a la finalización del AÑO IGNACIANO que hace referencia a los quinientos años de la “conversión” del caballero Íñigo de Loyola ocurrida el 20 de mayo 1521. Ese día, Ignacio cayó herido cuando defendía la ciudad de Pamplona. Esta circunstancia traumática, supuso para él un cambio de planes respecto a su futuro, y marcó el comienzo de un proceso de transformación que le hizo dejar atrás la actividad militar y su actuación en la corte de los Reyes de Castilla.
Tiempo después se decidió a fundar “otra Compañía”, ya no militar sino dedicada a la evangelización y de modo especial a la educación, así nació la Compañía de Jesús en 1540. La evocación de esta experiencia transformadora culminará el 31 de julio de 2022, fiesta de San Ignacio.
Para el filósofo Josep M. Esquirol los humanos "somos seres verdaderamente afectables, vulnerables, sensibles o heribles, con la posibilidad de ser conmovidos". Y agrega: "nuestras conmociones o heridas no piden ser suturadas sino acompañadas, porque las heridas son demandas de respuesta y acompañamiento".
Precisamente, Ignacio después de la herida que sufrió, por la que casi pierde sus piernas, encontró la fuerza interior para encarar un giro vital, el inicio de un camino de metamorfosis personal. De este modo, en su autobiografía se designó a sí mismo como un “peregrino” que lo llevó a recorrer muchos caminos, pero principalmente un camino interior que le permitió obtener una mirada nueva de todas las cosas.
Ignacio nos propone caminar hasta el fondo de la herida, no quedarnos en la herida exterior sino ver qué la provoca, y llegar hasta descubrir la herida interior. La experiencia de Ignacio invita a recorrer un camino de autoconocimiento que nos ayude a ver nuestra realidad y nuestras relaciones de otra manera.
En ese sentido, a la base de la espiritualidad ignaciana, está la persona que busca y pregunta, tal es la pedagogía que nos legó a través de los Ejercicios Espirituales para escuchar y discernir los movimientos interiores y poder releer la propia vida. El viaje interior que propone Ignacio no debe confundirse con aislamiento o simple introspección, porque concilia la mirada hacia el interior y hacia el exterior, de tal modo que nos impulsa a estar en contacto con la realidad, y procurar “en todo amar y servir”, tanto en la vida cotidiana como en la vida profesional y social.
Al respecto ver aquí algunos aportes vertidos en el curso “De la herida al corazón del mundo”, organizado por el centro de estudios Cristianismo y Justicia, Barcelona.
Fiesta de San Ignacio de Loyola
AÑO IGNACIANO – “Ignatius 500”
27 de Julio 2022 - 17:00.
Actividad virtual.
Celebramos por adelantado la fiesta de San Ignacio (31/7) en el marco de la finalización del Año Ignaciano.
Inscribirse en: https://forms.gle/LzqBE5TVzRxk4uYH8
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