“Mi meta, más allá de recibirme, es ser un profesional competente”

Neuquina de Junín de los Andes, Sofía Conde cursa el tercer año de la carrera Veterinaria en el Campus “Nuestra Señora deal Pilar”, y es integrante del Seleccionado “Sor Juana Inés de la Cruz” de Hockey sobre Césped. La Secretaría de Deportes dialogó con ella para conocer su experiencia y sus expectativas a futuro.

¿Cómo fue que elegiste la carrera y qué te atrajo para estudiar en la USAL?
La elección de la carrera creo que fue un proceso bastante sencillo, por decirlo de alguna forma. Desde muy chica sabía que la veterinaria era lo mío y que quería dedicarme a eso, me gustaban mucho los animales y de hecho mi familia es muy bichera, crecí rodeada de todo tipo de mascotas. A medida que fui creciendo la idea de estudiar veterinaria se afianzó más, y fue la carrera que elegí una vez que terminé mis estudios secundarios.
La elección de la Universidad costó un poco más. Me crie en un pueblo chico de la Provincia de Neuquén, en Junín de los Andes específicamente, y crecí rodeada de campo y naturaleza, en una realidad que está bastante alejada de lo que es la vida en la ciudad. Era para mí un cambio muy grande. 
Creo que la buena energía que transmitía la Universidad y la gente que la formaba, el ambiente y la naturaleza del Campus “Nuestra Señora del Pilar”, me alejaron un poco de la sensación de estar en una ciudad tan grande, y me acercaron más a lo que estaba acostumbrada desde chica. Ni hablar de las instalaciones que tiene, desde el Hospital Veterinario hasta la Biblioteca, estaba fascinada con todo lo que se estaba haciendo, y la verdad que yo quería ser parte de eso.

¿Qué expectativas tenías cuando empezaste a cursar, y qué otras te fueron surgiendo durante la carrera?
Cuando empecé a cursar me imaginaba una educación personalizada, donde no sos un número, sino que sos “parte de…”, ya sea de una clase, de un curso, de una Facultad. Venía de un pueblo donde “nos conocemos todos”, y un poco esperaba encontrarme con eso. Y fue lo que recibí, la realidad es que lo que se genera dentro de la Facultad es algo hermoso. Más allá de si tienes más o menos afinidad con un profesor, un compañero, un directivo… Me encontraba saludando a gente que quizás no cursaba conmigo y eso era un poco lo que esperaba cuando empecé a cursar. 
Y durante la carrera, confirmé lo que creía que era mi vocación. Me encontré con profesores, tutores y compañeros que te motivaban a seguir a pesar de las exigencias, del cansancio, de la “extrañitis”. La meta, más allá de recibirme, es ser un profesional competente.

¿En qué te influyó representar deportivamente a la USAL?
Como decía antes, llegué a la Universidad con ganas de “ser parte de…”, y además de poder ser parte de la Facultad dentro de la carrera de Veterinaria, me pareció que poder representar a la Universidad en un deporte que me encanta, era la cereza del postre. 
El hockey es un deporte que practico desde muy chica, y poder ser parte del enorme equipo que tiene la facultad para mí es un honor. Me enseñó y enseña mucho, además de que fue un espacio de contención para mí estando tan lejos de todo. Tengo que agradecerle a la profesora Florencia Castello y a las chicas, porque además de dejarme entrar estuvieron dispuestas a integrarme desde el inicio, y creo que esa calidad humana no se encuentra en todos lados. Soy sumamente consciente de que los valores que tenemos como equipo, se transmiten también a la gente que nos está mirando desde afuera. Es un equipo que te enseña de compañerismo, de competencia sana, de apoyarnos y confiar en el otro. 
Creo que representar deportivamente a la USAL, no sólo es sentirme parte de la Facultad, sino que es poder devolver un poco de todo lo que la Universidad me brinda desde el momento cero.

¿Qué considerás más importante en la práctica del Deporte Universitario?
Considero que lo más importante en la práctica del deporte universitario es el apoyo de la Universidad con cada una de las disciplinas, y el compañerismo que se tiene entre los integrantes del equipo. Me parece que sin apoyo por parte de la Universidad y sin equipo, no tenemos nada.

Deportivamente, ¿cuál es tu sentimiento al defender los colores de la USAL?
Para mí es un honor defender estos colores, son una representación de lo que creo que está bien y de los valores que me enseñaron.

Actualmente, ¿cuál es tu mayor anhelo deportivo?
Mi mayor anhelo deportivo es ver al equipo femenino de hockey campeón. Como todo equipo, tenemos cosas para mejorar, pero soy consciente de que tenemos mucho potencial y estoy segura de que podemos hacerlo.

¿Qué valores incorporaste al formar parte de un equipo?
El compañerismo, la entrega, a jugar con el corazón y a dejarlo todo en cada bocha. Particularmente, este grupo me enseñó mucho sobre la importancia del trabajo en equipo, me demostró que remando todas hacia el mismo objetivo, podemos lograr grandes cosas.

¿Cómo relacionás el deporte, los viajes para competir y el estudio?
Siento que los viajes son una oportunidad de unión para los integrantes del equipo. Nos permite conocernos y familiarizarnos más con cada una de las personas con las que compartimos un deporte, a relacionarnos mejor y a conocer su historia. Creo que del estudio a veces es como tomar un aire para volver con más garra.

¿Jugás o jugaste eSports? ¿Desde cuándo? ¿Qué opinás?
No, la realidad es que nunca jugué, pero me llaman mucho la atención. Creo que es un pantallazo de la realidad que se avecina con el avance de la tecnología, y una alternativa sana para la situación que se está viviendo en este momento con el tema COVID-19.

¿Entre tus compañeras de equipo se han planteado participar en un mundial universitario?
No realmente, no tengo conocimiento y me atrevo a decir que muchas de nosotras no lo tienen tampoco. ¡Es hora de investigar y proponerlo!

¿Qué mensaje, en base a tu experiencia como alumno, les dejarías a los estudiantes y profesores de la USAL?
Hay una frase que me gusta mucho, y cito textual: “La vida es eso que comienza donde termina tu zona de confort”. Los invito a salirse de su zona de confort, a tomar riesgos y a luchar por sus sueños. Puede sonar un poco cliché, es cierto, pero la realidad es que arriesgándose por lo que queremos y creemos que está bien, es de la única forma que se pueden lograr grandes cosas. 
Si no hubiera salido de mi zona de confort y no me hubiera mudado a kilómetros de mi familia, no estaría donde estoy hoy (a la mitad de la carrera que me gusta, conociendo una parte de la ciudad que no pensé que podía gustarme, conociendo gente nueva, formando parte de un “terrible” grupo humano que es el de hockey de la USAL, entre otras cosas).
Es el momento de mudarte a miles de kilómetros de distancia para convertirte en el profesional que sabes que podés ser, de empezar ese deporte que te intriga, de leer ese libro que tanto te llama la atención y postergas por falta de tiempo, de escribirle a ese amigo que hace tanto no ves, de conocer gente nueva. Es el momento de salir de la zona de confort, tenemos que arriesgarnos y luchar por lo que queremos sin importar con cuantas piedras nos tropecemos en el camino. ¡Es el momento de darlo todo por lo que queremos!