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Universidad: horizonte de saber y de vida

Un grupo de docentes y estudiantes de Universidad de Macerata (Italia), una de las Universidades más antiguas de Europa, fueron recibidos por el Papa Francisco, el 9 de mayo. A ellos les dirigió un mensaje destacando que la universidad es “el lugar donde la mente se abre a los horizontes del conocimiento, a los horizontes de la vida, del mundo, de la historia”.

Es decir, si bien toda universidad, por definición, nos introduce en un conocimiento holístico del mundo, el Papa Francisco indica que esa tarea debe combinarse con el estudio profundo y metódico de un área disciplinar, pero siempre en apertura a un conocimiento integral del mundo y del hombre. Al mismo tiempo, debe estar atenta a un crecimiento, ante todo, –subraya Su Santidad– de la persona misma del alumno, que se forma y madura en el conocimiento y la libertad, en la capacidad de pensar y actuar, de participar crítica y creativamente en la vida social y civil, con su propia cultura y competencia profesional.

En este aspecto, el Papa Francisco recordó la célebre obra La idea de una universidad de John Henry Newman, donde se afirma que en el ámbito universitario “se forma un hábito mental que dura toda la vida, de cuyos atributos son la libertad, la equidad, la serenidad, la moderación y la sabiduría”. O sea, “es toda la persona –prosigue Francisco– la que tiene que estar involucrada, sus afectos y la forma en que siente, no sólo la forma en que piensa, sino también la forma en que actúa”. 

Entre los desafíos que planteó en su presentación el Rector de la Universidad italiana, destacó el encuentro entre diferentes culturas. El Papa Francisco respondió indicando que esa relación no se logra automáticamente. Es decir, “no basta con reunir a profesores y estudiantes de distintos orígenes”, sino que además requiere de “una cultura del encuentro”, siendo la universidad un lugar privilegiado para hacerlo. 

Al respecto, se refirió a Mateo Ricci, misionero Jesuita en China en el Siglo XVI, justamente oriundo de Macerata, a quien describió como “un ejemplo de diálogo intercultural”. Es bien conocido el esfuerzo de identificación del R. P. Ricci S.J. con las costumbres y el conocimiento de la lengua de ese gran país, además de haber aportado notables conocimientos científicos que le valieron la estima y el reconocimiento del pueblo chino. 


Eloy Mealla
Seminario Permanente Pedagogía Ignaciana
Vicerrectorado de Formación
Universidad del Salvador 

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