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Encuentro de Espiritualidad en la USAL y la propuesta de "lectura orante"

“Estábamos parados en un lugar antes de leer este versículo. Durante la lectura nos hallamos diferentes y recién al final nos transformamos”, dice Bárbara, graduada de la USAL e integrante de la Pastoral Universitaria. “Para mí, Jesús camina entre los estudiantes, puedo verlo con una sonrisa.”

Este sábado 9 de noviembre la Universidad del Salvador (USAL) celebró un Encuentro de Espiritualidad en el Campus “Nuestra Señora del Pilar”. Frente al característico lago, personas de todas las edades se encuentran reunidas compartiendo la palabra de Dios. 

“Qué grato fue tener la oportunidad de compartir un encuentro en donde poder hablar y escuchar a otros graduados, estudiantes, profesores, una invitación a reflexionar sobre un pasaje de la Biblia, junto al Padre Andrés Tocalini, fue muy enriquecedor… encontrar respuestas inspiradoras en las palabras de Jesús, respuestas que responden a tantas de las preguntas que surgen de este mundo tan acelerado en que vivimos, fue un descanso para el alma entre tanto bullicio, rodeados de árboles y pájaros.”

Es una propuesta “transformadora”, dijeron los asistentes que participaron en el acto, el cual se llevó a cabo a raíz de la lectura, reflexión y conversación sobre un versículo de la Biblia en específico: Juan 1, 35-42.

El pasaje escogido dice lo siguiente:
“El siguiente día otra vez estaba Juan, otra vez allí con dos de sus discípulos, y mirando a Jesús que pasaba, dijo: Este es el Cordero de Dios. Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y, viendo que le seguían, les preguntó: ¿Qué quieren? Ellos le respondieron: Rabí —que traducido significa Maestro—, ¿dónde vives?

‘Vengan y lo verán’, les dijo. Fueron, y vieron dónde vivía, y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.

Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: Hemos encontrado al Mesías, que traducido es, el Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: Tú eres Simón, hijo de Juan; tú te llamarás Cefas, que traducido significa Pedro.”

El encuentro se basó en la lectura profunda de la Palabra, un método que se llama “lectura orante”. Hubo una primera lectura, una segunda y más tarde una tercera. En cada una parecía haber interpretaciones y significados diferentes. Tras el desayuno de la primera mañana, deleitado de medialunas y café, se reúnen los participantes debajo de la sombra de los árboles. Entre canciones, charlas y la palabra de Dios transcurre el evento.

En algunos momentos, la ronda bajo el árbol se disolvía y se reagruparon los integrantes en pequeños subgrupos. La consigna era: interpretar la palabra y responder a las preguntas: ¿Quién me enseñó sobre Jesús? ¿Cuándo sentí que Él estaba presente? ¿A quién le enseñé de su existencia?

“Para mí, Jesús está entre nosotros cuando compartimos estos momentos, casi como si lo pudiera ver, sentado en un banco o caminando entre los estudiantes con una sonrisa en la cara, como uno más, caminando las calles junto a ellos, acompañando en cada esfuerzo y cada frustración, porque Él no se cansa, nos espera paciente a que le hablemos para darnos siempre ese aventón a seguir”, afirma Bárbara.

Entre las interpretaciones que surgieron del encuentro se hallan: “Al elegir caminar junto a Él, todo estará bien”, “Jesús es el refugio andante”. Como premisa o pregunta disparadora que llamó la atención de los presentes, fue la parte del pasaje bíblico en donde Jesús les pregunta a los discípulos de Juan que lo seguían: “¿Qué quieren?”, Cuya respuesta fue: “Maestro, ¿dónde vives?”. Y la respuesta final fue: “Vengan y lo verán”.

Patricia, señala: “La experiencia vivida el pasado fin de semana fue un encuentro entre personas que me permitieron una vez más reafirmar mi vocación de servicio, en el campo de la Educación. Ante los desafíos que el presente nos impone y ante la falta de fe y solidaridad, descubro que somos unos cuantos los que estamos sosteniendo y tejiendo redes de contención en la sociedad. Sin lugar a dudas, el retiro espiritual ofrecido por el vicerrectorado de formación de la USAL me muestra el camino por el que tenemos que andar… que no es ni más ni menos que el de la generosidad, el respeto, la solidaridad, entre otros valores. Para lograr un mundo más justo y solidario.”

Entre los ejercicios que propusieron los líderes del encuentro, se destacó una actividad de absoluta libertad creativa. Los participantes formaron un corazón con alas y una flecha con sus propios cuerpos y sus manos, para representar la gloria y el amor de Dios (y su trascendencia). Otros grupos optaron por propuestas actorales.

A su vez, hubo alumnos que vinieron desde la Capital Federal, Sede Centro, y visitaron por primera vez el Campus “Nuestra Señora del Pilar” para acudir al encuentro. Entre ellos, Fara, alumna de Administración de Empresas, que fue por primera vez al encuentro.

“Me sentí muy acompañada, fue muy lindo, me animé a ir sola a experimentar qué iba a suceder. No sabía muy bien qué era Pastoral. Me gustó mucho la propuesta, el compartir y el abrirse. Los ejercicios que hicimos fueron muy dinámicos, muy entretenidos y de mucha reflexión. De conectar también con Dios, con Jesús, con la espiritualidad en sí. El ser de cada uno, salieron a flote las creencias, los valores, la reflexión en sí misma. La verdad es que me encantó muchísimo. Superó mis expectativas, el lugar también. El día que nos tocó fue maravilloso, fue genuino, fue muy mágico”, dijo Fara, alumna de Administración de Empresas en la USAL de la Sede Centro.


Por Rocío May, estudiante de cuarto año de Periodismo de la USAL, en el marco de la participación y colaboración en prensa del evento.
 

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