Invernadero “Padre Gaspar Juárez S.J”
En el mes de octubre, la Universidad del Salvador (USAL) inauguró una nueva propuesta didáctica: el Invernáculo de la Isla de Agronomía “Padre Gaspar Juárez S.J”. Un espacio innovador, pensado para enriquecer al alumnado del Campus “Nuestra Señora del Pilar”. En diálogo con la Secretaría de Prensa, la Dra. Marina Sansiñena, Decana de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias, nos explicó los detalles del invernadero, sus funciones y beneficios, junto a los desafíos que conlleva emprenderlo.
Como Decana de la Facultad, Marina Sansiñena, pone el enfoque en los espacios de prácticas. “Eso es lo que nos diferencia de otras ofertas de la carrera particularmente Agronomía. Los espacios de prácticas en el Campus de Pilar y Virasoro, son muy prioritarios para nosotros. Creemos que los espacios de prácticas en el lugar donde también están las aulas, son muy importantes”. La Dra. Marina Sansiñena se graduó en Ingeniería Agrónoma en la Universidad Católica (UCA). Llegó a la USAL en 2018 acompañando un proyecto productivo. Hoy en día, además de su labor como Decana, Sansiñena dicta clases y participa en ciertas áreas de Veterinaria como Biotecnología y Reproducción. Además, es Investigadora Independiente del CONICET desde el año 2012. Siempre tiene proyectos activos y enlaza la vida académica con los proyectos de investigación.
Para introducirnos en el tema, le preguntamos en qué consiste un invernadero: “Un invernadero o invernáculo, es una estructura que permite tener un microambiente, un microclima controlado donde se evita o minimiza la presencia de plagas, se controlan las fluctuaciones ambientales, la radiación solar, la temperatura. Permite mantener las plantas y aumentar la productividad”, señaló Marina Sansiñena. “En nuestro caso, nos adaptamos a las necesidades de un invernáculo de prácticas universitarias. No es un invernáculo productivo. Tiene todo lo necesario para que los estudiantes puedan entender y realizar actividades de investigación.”
El Invernadero se inauguró desde la nueva Unidad Académica que viene de la fusión entre dos escuelas, la de Veterinaria y la de Agronomía. Fue nombrado en honor al origen e identidad institucional de la USAL. El nombre “Padre Gaspar Juárez” hace referencia al sacerdote jesuita, pionero en la botánica de nuestro país: “El Padre Juárez fue un referente, en la clasificación de gran parte de las colecciones nativas que tenemos hoy en Argentina. Para nosotros es una herencia que queremos mostrar como Universidad del Salvador y como parte de nuestros orígenes”, recalcó la Decana. “El enfoque que le estamos dando al espacio del Invernáculo es justamente la replicación de especies nativas. Nuestra identidad institucional, tiene que estar más asociada a lo que fue la misión del Padre Gaspar Juárez. Si bien dentro del invernadero vamos a tener espacios para huerta, como la cátedra de Fitopatología Vegetal que está haciendo ensayos de inoculación de leguminosas. Pero la mayor parte de la colección está destinada a especies nativas.”
La idea principal del nuevo espacio de prácticas es reivindicar lo autóctono: “Cuando se observa lo que pasa con las especies nativas vegetales de cualquier región, uno ve que han sido superadas por especies no nativas, o han sido degradadas porque cambiaron la utilización del sueño o les avanzó el espacio urbano. También por problemas del cambio climático y contaminación, genera que especies nativas vayan desapareciendo. Entonces nos parece muy importante dentro de un ámbito universitario poner el foco allí.”
En relación a las dimensiones y características, la Decana comentó: “Este es de un tamaño razonable para un invernadero didáctico universitario. Tiene 6 por 12 metros. Está equipado con mesas de trabajo y también estamos en proceso de ampliar la parte trasera. En esa isla del Padre Gaspar, hay parcelas de plantas productivas, es decir huertas. De todo lo que tiene que ver con horticultura. Hay algunas forrajeras y estaqueros donde trabajamos con especies arbóreas también nativas, como para poder más adelante ir propagándolas dentro del mismo campus. Y por último tenemos un espacio de frutales. En medio de eso pusimos el Invernadero”.
Los beneficios que aporta el Invernadero a la comunidad académica son varios: “Ya desde primer año los chicos tienen una materia anual, Botánica Sistemática y Morfológica, por lo que andan recorriendo el campus todo el año. Ellos están involucrados en las especies del invernáculo. Después tenemos Fisiología Vegetal, Fitopatología, Horticultura. Hemos tenido algunos proyectos de investigación. Ya tuvimos investigadores que se han acercado a ver si parte de los ensayos ya en curso quizás se pueden hacer acá. Va a ir creciendo. Recién empezamos en septiembre”, explicó.
Es mucho mejor observar las especies directamente en el Campus, que estudiar de una foto o de un libro. “Si bien uno se apoya en prácticas externas, aquí tenemos una excelente relación de trabajo y prácticas con el INTA, que son Estaciones Experimentales Demostrativas. Entonces los alumnos van a distintas regiones y campos en particular a observar. Pero el hecho de poder salir del aula en el momento en que el docente está explicando un tema y decir “¿Saben qué? ¡Vamos a verlo!” Y entonces ellos pueden salir hacia el campus y verlo directamente. Eso me parece muy valioso.”
Las especies que se cultivan en el Invernadero son más de veinte, pero en particular hay que destacar el ejemplar histórico de Algarrobo Blanco (Prosopis alba). Este ejemplar salió de una semilla del “Algarrobo histórico” de la quinta de Pueyrredón, donde San Martín planeó el cruce de los Andes. Fue una donación de la Directora de Ecología de San Isidro. Entre otras especies podemos encontrar: Anacahuita (Blepharocalyx salicifolius); Pitanga (Eugenia uniflora); Ceibo (Erythrina crista-galli); Espinillo (Vachellia caven); Ibirá Pitá (Peltophorum dubium); Jacarandá (Jacaranda mimosifolia); Lapacho rosado (Handroanthus impetiginosus); Malvavisco (Sphaeralcea bonariensis); Timbó (Enterolobium contorisiliquum); Curupí (Sapium haematospermum); Cedrón del monte (Aloysia gratissima); Azota caballos (Luehea divaricata); Blanquillo (Sebastiania brasiliensis); Bugre (Lonchocarpus nitidus); Canelón (Myrsine laetevirens); Carpinchera (Mimosa pigra); Chal chal (Allophylus edulis); Coronillo (Scutia buxifolia); Ingá (Inga uruguensis); Tarumá (Citharexylum montevidense); Aguaribay (Schinus molle).
Para finalizar el encuentro, le preguntamos a la Decana, qué desafíos enfrentan en relación al nuevo Invernadero y los estudiantes: “En Pilar uno de los mayores desafíos es involucrar a los chicos. Es a veces desafiante involucrarlos en la vida del campus, la cual es tan enriquecedora. La vida social en el campus enriquece el paso de los estudiantes en su vida universitaria. Desde lo académico y la formación integral humana que nosotros damos y ese cuidado que tenemos por cada alumno. Acá dictamos Agronomía y Veterinaria, que tienen actividades reservadas distintas, pero en el futuro serán profesionales que se encuentran permanentemente. Ese intercambio es el que intentamos darles cruzando las curriculas en la medida de lo posible. Lo hacemos para que generen respeto en sus mutuas profesiones. En la USAL está todo dado para que la vida universitaria los haga conocerse más y salgan enriquecidos de estos años que le dedican al estudio”.
Por Jazmín Martina Sily, estudiante de Comunicación Social de la USAL en el marco de las prácticas educativas de capacitación.
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