Testimonio USAL
El Centro para Graduados de la Universidad del Salvador (USAL) mantuvo una conversación con María Alejandra Méndez, graduada de la Carrera de Abogacía en el año 1999 quien desde muy pequeña ya sabía cual era su vocación. “Decidí estudiar abogacía a muy temprana edad. Tendría aproximadamente 10 años de edad cuando la idea de ser abogada empezó a rondar en mi cabeza desde un lugar muy idealista. Siempre el foco estuvo puesto en la posibilidad de ayudar a otras personas”.
Actualmente se desempeña como Directora Ejecutiva de “Fundación Inspirar”, una organización que busca transformar realidades a través del emprendedurismo.
“Luego de pasar varios años trabajando como abogada en estudios jurídicos y empresas privadas, decidí involucrarme en el tercer sector. Trabajé en diferentes organizaciones sociales, siempre buscando impactar positivamente en la sociedad y desde hace aprox. 20 años con el foco puesto en el desarrollo de emprendedores”.
¿Qué destacarías de la formación en la USAL que te ayudó en ese momento?
“El paso de la secundaria a la Universidad no fue algo menor. De estudiar apenas unas carillas de hoja de carpeta a tener libros enteros por cada materia, con un gran volumen de información y contenido, fue algo a lo que tuve que dedicar especial tiempo y esfuerzo. Transitar ese cambio junto a un grupo de compañeras y compañeros es algo que siempre valoré. Y eso fue posible porque compartíamos cada año con las mismas personas, lo que nos permitía forjar vínculos más profundos y duraderos, y organizar jornadas de estudio compartidas que hacían la carga más llevadera”.
Destacó que de la Universidad cuenta con muy buenos recuerdos ya que para María Alejandra “fueron años intensos, de mucho estudio y aprendizajes, de dar mis primeros pasos en el mundo laboral y también de forjar muy lindos vínculos y amistades, algunas de las cuales, perduran hoy día”.
¿Qué consejo le darías a los graduados recientes de tu carrera?
“La carrera no es más que una un kit con herramientas que sumamos a nuestra caja de conocimiento. No es un fin en sí mismo, sino un instrumento, un medio para nuestro desarrollo personal y profesional. La clave está en descubrir cómo esta herramienta, –o alguna otra que incorpores a futuro, porque el conocimiento no ocupa lugar y vas a poder estudiar y aprender tanto como quieras a lo largo de la vida-, puede contribuir a tu propósito. Alinear tu profesión y tu razón de ser es la clave para disfrutar aquello a lo que te vas a dedicar durante los próximos años de tu vida”.
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