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“Trigo: límites que no favorecen”

El Ing. Agr. Fernando Mousegne, docente de Agronomía en la Sede del Campus “Nuestra Señora del Pilar” de Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias, escribió una columna para “Diario Perfil” sobre la situación del trigo, su exportación y la importancia económica que genera para nuestro país.

“El trigo es el cereal de invierno de mayor importancia en la Argentina. En las últimas tres campañas, nuestro país produjo en promedio 17 millones de toneladas por año, representando el 2,1% de la producción mundial. Entre 5 y 6 millones de toneladas de grano se destinan al consumo interno para panificación, representando el 30% de la producción anual; el resto de la producción se divide entre lo que es exportado y las semillas guardadas que son aproximadamente 500.000 toneladas. Esto desde el punto de vista numérico posiciona a nuestro país en uno de los importantes productores y exportadores de trigo. 

Pero detrás de este importante aspecto no debe perderse de vista otros beneficios que hacen a este cultivo clave en la sustentabilidad del sistema agrícola. Numerosos trabajos realizados evidencian esos aspectos cuando se incluye el trigo en la rotación. Sin embargo, siempre es bueno remarcar y resaltar las virtudes (sobre todo ante la cercanía de decisiones que pueden afectar la estabilidad o el crecimiento de la superficie sembrada de este cultivo). 

Dentro de esas virtudes conocidas se pueden mencionar que:

-La incorporación del trigo en la rotación mejora el balance de carbono (C) tanto por la calidad de sus rastrojos como por su cantidad y por permitir una mayor cobertura del suelo, posee un sistema de raíces en cabellera y fibroso que favorece la formación de agregados y poros biológicos.

-Realizar trigo permite un consumo de agua evitando el ascenso de napas en años con altas precipitaciones disminuyendo la posibilidad de inundaciones de campos y ciudades.

-Permite la reducción y/o rotación de agroquímicos por la competencia que realiza a las malezas y la posibilidad de uso racional de diferentes principios activos.

-Entrega disponibilidad de recursos a la cosecha que permite un mayor movimiento económico en las localidades del interior mejorando su comercio y evitando la concentración en un solo periodo del año.

-Mejora los rendimientos de cultivos posteriores.

-La descomposición del su rastrojo es lenta permitiendo mantener cubierto el suelo por más tiempo disminuyendo la erosión.


Si bien este cereal es importante en la mesa de los habitantes de nuestro país, lo es también en todo un sistema productivo que se ve afectado por decisiones que desestimulen y/o limiten su implantación como se pudo experimentar más allá de la primera década de este siglo. Durante ese lapso el sistema basado en la producción continua de soja generó un impacto negativo sobre las propiedades del suelo (un “costo” que a lo mejor no pueda recuperarse rápidamente). La diversificación del sistema por inclusión de gramíneas y/o cultivos de invierno, siguen siendo una de las herramientas más importantes y válidas para potenciar el funcionamiento de los agroecosistemas.

Por tales motivos es preciso desarrollar estrategias que eviten tomar decisiones rápidas o cómodas y orientadas a “castigar” a materias primas que benefician a todo el sistema. Refranes populares como “Pan para hoy, hambre para mañana” o “Sin el pan y sin la torta”, representarían esas decisiones poco felices para incentivar una planificación de mediano y largo plazo tan necesaria en la conservación del medio ambiente con una creciente producción agropecuaria”
 

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