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SECRETARÍA DE PRENSA
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En el medio del camino de la vida, 700 años después de la muerte de Dante Alighieri

La pregunta por la vida y la muerte no es una pregunta nueva en la historia de la humanidad y no nos convoca solamente a los que vivimos en el siglo XXI, en plena pandemia.  En cambio, son siglos los que han transcurrido con hombres y mujeres preocupados por este tema, y hace siete siglos atrás, en lo que hoy llamamos Italia, un hombre supo contarnos la historia de la muerte (que no es, al final, otra que la historia de la vida), en forma de relato. 

Dante Alighieri comienza la Divina Comedia con los siguientes versos: “En el medio del camino de la vida / me encontré en una selva oscura, / porque la recta vía había perdido”. Con la musicalidad que caracteriza los tercetos de esta obra que es la más conocida (aunque las otras compiten por este primer lugar), el poeta supo expresar la metáfora que el hombre de su época ya comprendía muy bien: la vida es un camino, cuyo destino inexorable es la muerte. La muerte puede tomar muchas formas: un castigo (en el Infierno), una penitencia redentora (en el Purgatorio) o una estadía en un completo estado de plenitud (en el Paraíso). Por supuesto, Dante materializa esta vida de ultratumba de acuerdo con la interpretación cristiana que era propia de su contexto de escritura, pero sin duda, esto no limita la apropiación que podemos hacer de la obra y de su legado: más allá de los Cielos e Infiernos en los que cada uno de nosotros crea, lo cierto es que ese camino ficcional que él recorre nos deja a sus lectores por siglos una vastísima serie de reflexiones.

La preocupación en torno al amor, materializada no solo en su amadísima Beatriz sino en figuras como Francesca y Paolo, la reflexión en torno a la corrupción de los poderes tanto mundanos como religiosos, la añoranza de las amistades pérdidas son todos hitos que atraviesan el extenso camino que Dante recorre. Sin embargo, lo cierto es que hay una pregunta que motiva sin duda, desde los primeros versos, el viaje dantesco: ¿cómo ser una persona de bien? ¿Cómo no perder la “recta vía”? Llegar al territorio del Paraíso, es sin duda, el premio a la capacidad de responder en la praxis de la vida misma esa pregunta, y es quizás para Dante el sentido de la vida terrenal misma. 

Por supuesto, dar una respuesta unívoca a esa pregunta en nuestra contemporaneidad parece un imposible, pero quizás, si retomamos la propuesta dantesca, podamos pensar en algunas opciones: ser humildes (muy a pesar de las propias tendencias naturales del poeta), usar las capacidades con las que hemos sido privilegiados de un modo sincero y honesto, no usar la palabra como herramienta para el engaño o la mentira y siempre tender al amor y al compromiso con el otro y con la Patria. 

A 700 años de su muerte, podemos garantizar que su legado literario no quedará nunca en el olvido, pero, mucho más todavía, podemos garantizar que su preocupación por la vida y la muerte se conviertan en una forma de que cada uno de nosotros sepa conservar la recta vía. 


Lic. Constanza Espósito, docente de la cátedra de Literatura Italiana Medieval y Moderna de la Escuela de Letras DE LA Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales.

     
 

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