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Una charla con Ignacio Hutin, graduado USAL y especialista en Emergencias Humanitarias

Ignacio Hutin es graduado de Licenciatura en Periodismo y Magister en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador (USAL). Realizó una Especialización en Liderazgo en Emergencias Humanitarias en la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) y es uno de los especialistas en Política Internacional que mejor conoce el conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que lo narró desde el lugar en que se produjo. Además, es columnista de reconocidos medios de comunicación y autor de los libros “Saturno” (2009), “Deconstrucción: Crónicas y reflexiones desde la Europa Oriental poscomunista” (2018), “Ucrania/Donbass: una renovada guerra fría” (2021) y “Ucrania: crónica desde el frente” (2021). 

En una charla para “Noticias USAL” nos brindó una interesante mirada acerca de la profesión y de la guerra.    

Ignacio nos contó que había realizado sus estudios terciarios en la Escuela de Periodismo TEA “como fue casi 100% práctico creía que me faltaba una formación más teórica para entender ciertos procesos y la Universidad del Salvador tenía el programa complementación de Licenciatura. Me gustó la propuesta y el programa, así que decidí anotarme”. 

De su paso como estudiante en la Universidad recuerda que “Cuando estudiaba periodismo en la USAL se dieron dos debates que marcaron mucho a la sociedad: la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como la Ley de Medios. Recuerdo mucho los debates que se dieron en clase respecto a las dos temáticas, sobre todo a la segunda, que estaba más directamente relacionada con nuestro campo, desde el aspecto normativo y también desde lo laboral. Tratamos mucho el rol de los medios en ambos debates, quién defendía qué, cómo y por qué. También recuerdo que para un examen de la materia Opinión Pública nos hicieron analizar un tema que todo el planeta estaba observando en ese momento: los mineros atrapados en Chile y cómo había actuado el entonces Presidente Sebastián Piñera. Esa interrelación constante entre teoría en un aula y coyuntura afuera aportó debates muy interesantes para nuestra formación”.

Ignacio ha publicado libros y al consultarle cómo lleva adelante esas investigaciones y qué siente que le han aportado estas producciones señaló que: “El periodismo tiene, y cada vez más, la necesidad de inmediatez, lo que lo convierte en un oficio muy atractivo, dinámico, incluso “adrenalítico”. Pero también requiere saber parar la pelota y pensar, detenerse a explorar ciertos temas que el apuro de las noticias diarias termina por correr a un costado. Los libros se tratan de eso: de dedicarle espacio y tiempo a un tema particular. A mí me gusta mucho escribir crónica, el nuevo periodismo, la no ficción. Pero ahora, cursando mi cuarto posgrado, me doy cuenta de que cada vez me gusta más la investigación académica y la necesidad de justificar y argumentar cada postulado rigurosamente. Entonces trato de combinar las dos cosas. El transmitir emociones, pero también argumentos. Y, sobre todo, aportar más preguntas que respuestas porque lo nuestro no es una ciencia exacta y hay que mirar los matices”. 

Para Hutin especializarse en el conflicto entre Rusia y Ucrania fue casi un accidente. “Empecé a seguir el tema con las protestas de 2013-2014, pero muy por arriba. Estaba en contacto con una amiga ucraniana que me contaba algunas cosas. Recién entré de lleno en 2017: pasé dos años viajando por Europa, cubriendo distintos eventos (elecciones, protestas, actos de campaña, visitas oficiales de mandatarios, eventos deportivos) y se me ocurrió visitar la zona del Donbass. Me resultaba fascinante que existieran dos Estados de facto, fuera del control de un gobierno central, con sus propias banderas, gobierno, universidades, ejército, pero sin reconocimiento y en el medio de Europa. Y que nadie hablara de eso. La guerra había quedado olvidada, pero ahí había un punto porque se había estancado. Me interesaba ver cómo se vivía esa situación tan anómala. Primero estuve del lado de la línea de contacto controlado por Ucrania, después crucé. Fue muy interesante ver las diferencias de narrativas, de argumentos, de posiciones, de estilos de vida. Aprendí mucho en esa experiencia, no sólo sobre el conflicto sino sobre cómo trabajar en una zona compleja y sobre mí mismo, cómo puedo comportarme o reaccionar ante un escenario que no es habitual”

Saber cuáles son los aspectos clave de este conflicto es una pregunta compleja “porque es un conflicto complejo, con muchas aristas y fases. Por un lado, hay que chequear a Rusia, qué dice Putin, cómo justifica su invasión pos 2022: a veces le da más prioridad a la lógica de “la OTAN” y la amenaza que representaría para Rusia, una lógica más ligada a teorías realistas; y otras veces, a cuestiones históricas, míticas, de valores. A esta altura, me parece claro que pesa más la segunda que la primera. El rol de la OTAN, con EEUU a la cabeza es muy importante porque es un sostén fundamental para Ucrania hoy y un sostén fundamental para los partidos más prooccidentales en Ucrania. La caída de Yanukovich, que marcó el principio del conflicto armado, no se puede explicar sin hablar del rol de EEUU. Pero, al final, creo que el punto más importante del conflicto hoy es la situación humanitaria, que es terrible. Los crímenes de guerra, los asesinatos de civiles, los secuestros de niños, las violaciones. Todo está registrado porque todos los soldados andan con cámaras, hay pruebas de todo. Pero se hace poco para parar esto y condenar a los culpables”.

Parar Ignacio las redes sociales influyen en todo en esta problemática “Son todo lo bueno y todo lo malo. Son una gran fuente de información y de desinformación, una puerta enorme a recursos que antes eran inalcanzables o casi y ahora tenemos disponibles con muchísima facilidad. Pero sin conocimiento, sin chequeo, las redes son sólo eso: una puerta que no sirve para nada si no se cruza".

También durante la charla se le consultó cómo veía al periodismo internacional y de guerra en el futuro, como profesión: “Veo una proliferación de profesionales cada vez más formados y equipados, pero también cierta pauperización del trabajo. El periodista tiene cada vez más responsabilidades con cada vez menos tiempo. Y obviamente no todos los medios tienen los recursos del New York Times como para mandar un equipo a cualquier lado. El periodismo internacional en países como el nuestro termina dependiendo mucho de lo que digan otros, espacialmente agencias. Hay que aprender a luchar contra eso. Como periodistas, debemos aportar una mirada distinta, algo que explique por qué lo que pasa a miles de kilómetros es relevante para cualquier argentino. Pero también debemos convencer a los medios como empresas de que eso es relevante, que no basta con copiar cables de agencia. Es un desafío constante para el que debemos estar preparados”. 

Para finalizar la entrevista le preguntamos si nos podía brindar algunas recomendaciones para los estudiantes que les interese ejercer el periodismo de guerra en el futuro y remarcó que es necesario: “Planificación, formación y preparación. Los contextos complejos implican muchos desafíos, no es fácil mandarse, caer en paracaídas y listo. Se necesitan permisos, recursos, contactos, mucho, mucho trabajo. En una guerra se combate con armas, pero también con discursos. Es un poco obvio, pero los enemigos van a decirte cosas opuestas, no siempre necesariamente mentira. Para llegar a una conclusión hay que intentar abarcar esas miradas contrapuestas y analizarlas".


Por Fiorella Palmucci, editora de Revista Asterisco y Colaboradora Académica de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social de la Universidad. 
 

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