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"Una vez que me anoté en la carrera, vi lo del fútbol. Apenas me enteré, fui el primero en ir a anotarme. No sabía que la USAL tenía un Seleccionado"

Un sábado al mediodía, Massimo Danilo Pomponio llega al Campus “Nuestra Señora del Pilar” para jugar un nuevo partido en el marco de la 6ª fecha de la etapa final del Torneo de Fútbol 11 Masculino 2023 de la Asociación del Deporte Amateur Universitario (ADAU). Además de estudiante regular de la carrera de Comercialización en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Massimo es el goleador de la selección “San Ignacio de Loyola, S.J.” (Salvador “A”), dirigida por el Prof. Darío Gaiardo. En esta oportunidad, la Secretaría de Prensa mantuvo una conversación acerca de sus intereses, su camino en el fútbol y su inagotable esfuerzo por superarse.

Massimo tiene 21 años, es pilarense y juega al fútbol desde que tiene uso de razón. Este es su primer año en la USAL y antes de venir a estudiar se dedicaba al fútbol. “Llegué a un punto de mi vida en el que decidí arrancar a estudiar. Porque lo necesitaba, porque sabía que me brindaba una segunda opción, una salida laboral. Necesitaba un plan B. Entonces elegí la USAL porque tengo muchos amigos que estudian acá y me la recomendaron”. Eligió la carrera de Comercialización debido a que siente que es una carrera amplia que la puede aplicar. “También tiene una rama de marketing, y además de todo lo que hago, yo trabajo en redes sociales. Entonces me interesa saber cómo poder llevar a cabo el marketing o cómo poder aplicar ciertas maneras de comunicación a lo que hago”.

Cuando le consultamos acerca de sus comienzos en el deporte expresó: “Desde los 6 años comencé a jugar en el Club River Plate. Estuve casi toda mi niñez, hasta los 13 años”. Poco a poco fue hablándonos de sus esfuerzos por concretar sus sueños como jugador profesional y hay una palabra clave que marca su camino de deportista: “sacrificio”. “Pasé por cinco colegios, sacrificando todo por jugar al fútbol. Tuve una etapa en la que iba a ir a estudiar a Estados Unidos, por una beca deportiva. Pero no pude ir por la pandemia. En 2021, quise volver a intentarlo, pero lamentablemente me fracturé el tobillo, no pude jugar por un año. Después, el año pasado, tuve la chance de entrar a otro club, Barracas Central. En el que fue mi mejor año, porque apenas entré a la división pude subir a reserva y pude entrenar con primera”. 

Se podría decir que toda tu trayectoria en el deporte viene marcada por el sacrificio…
Totalmente. Sacrifiqué amistades, colegios, demasiado tiempo de mi vida. Viví toda mi vida en Pilar, y entrenaba en Ezeiza, en Ciudad Evita, en Núñez o en Tigre. Siempre viajando de lunes a domingo porque me gustaba y también porque tenía el apoyo familiar. Siempre le dediqué un montón de tiempo y eso es lo que más triste me pone, no poder concretarlo. Pero bueno, por suerte para compensar agarré mi espacio acá en la Universidad y nos está yendo muy bien ahora.

¿Eso te motivó a anotarte en el Seleccionado de la USAL?
Una vez que me anoté en la carrera, vi lo del fútbol. Apenas me enteré, fui el primero en ir a anotarme. No sabía que la USAL tenía un seleccionado. Entré y no conocía a nadie. En el tercer día de cursada le dije a dos compañeros que ni conocía “Vamos a probarnos”. Ahora sumé unas amistades buenísimas. Estamos unidos, no somos un equipo separado, todos charlamos con todos, si nos tenemos que decir algo nos lo decimos. Y eso es buenísimo.

Para Massimo la Universidad del Salvador es el lugar donde además de encontrar su orientación para la vida laboral, también encontró donde canalizar todo ese camino de lucha en el deporte. “Es mi momento en el que me siento cómodo, en el que necesito esto, y acá por suerte lo pude conseguir y nos está yendo muy bien. Venimos primeros”, explicó sobre su experiencia deportiva actual. Recalcó que en la USAL hace lo que más le gusta, estudiar, hacerse de amigos, poder jugar al fútbol “que es lo que más me importa en el mundo literalmente”. Unos segundos después agregó con simpleza y humildad: “Por suerte también vengo primero o segundo en la tabla de goleadores, cosas que para la gente son insignificantes, pero a mí me da ilusión. Todavía estoy en forma, estoy pudiendo aplicar lo que tanto quiero. Sacando diferencia”. 

¿En qué sentís vos que contribuís al equipo?
Creo que soy una persona bastante exigente con mis alrededores. Siempre en el club fui exigente, muchísimo conmigo y también con mis compañeros, pero en el buen sentido. Soy una persona que no tiene miedo a hablar, a decirte lo que siente, a darte una crítica constructiva, nunca suelo decir algo para herir a alguien. Aunque a veces también soy muy calentón y en el fútbol a veces se me va un poco la mano (se ríe). Siento que aporto esa comunicación y confianza al equipo de decir, “bueno vamos a hacer esto”, “vos anda o manejarlo de esta manera”. Le doy esa movilidad al equipo que tengo a comparación de gente que no está en un club. Siento que tengo personalidad de líder. 

Nos contaste que casi se te da un viaje a EEUU con beca. Acá con la USAL hay oportunidades de intercambio, ¿Lo pensaste alguna vez como proyecto futuro?
Hace poco nos dieron una charla y me llamó la atención. Me encantaría irme afuera. A cualquier país en busca de nuevas oportunidades. Creo que podría hacerlo recién en segundo año de la cursada. Todo lo que sea viajar al exterior, salir de la zona de confort me encanta. Como soy una persona que todo el tiempo fue cambiando su círculo, rutinas, me gustan los cambios cuando me siento un poco estancado. 

Aparte de la Universidad, ¿hoy en día estás jugando al fútbol afuera?
No en nada profesional. Tuve oportunidades para irme, pero no me terminaron de convencer. Más allá de todo el sacrificio que hice en estos 18 años que jugué al fútbol, ya llegué a un punto en el que necesitaba enfocarme en otra cosa. Al fútbol le dedico lo que me exigen, un martes entrenamiento, sábado partido. Obviamente me afecta a mí los resultados de otros equipos, quiero estar al tanto, pero más allá de eso juego con mis amigos. Nada profesional ni de alto rendimiento por ahora.

En relación a los desafíos que enfrenta actualmente, balanceando ser estudiante universitario y deportista al mismo tiempo, Massimo exteriorizó su opinión: “La facultad me demanda toda la mañana, y normalmente los clubes entrenan a esa hora y eso me limitó a jugar al fútbol. También fue mucho la decisión de cambiar el sueño (del fútbol) por estudiar”. Con orgullo también expresó: “Esta carrera (Comercialización) me está gustando y siento que me está aportando bastante positivamente para cualquier cosa que haga. Estudiar me hace estar con la cabeza puesta viéndome activo. Que antes no lo hacía”. 

Incursionamos en los valores que la USAL le aportan a su vida y prestamente reconoció los cambios positivos que experimenta, “Creo que en lo que más me aporta la USAL es ayudarme a organizarme. Normalmente soy bastante desorganizado, pero con la facultad trato de que me vaya bien en todo, de mantener un promedio. Agregó: “Hoy en día tengo otro tipo de madurez para poder afrontar el año. Es un desafío para mí decir “estoy todo el año en la facultad y me va bien. A mí me pone feliz, y si me preguntabas a principio de año, probablemente hubiera dicho que me iba a costar una barbaridad”

¿Sentís que en la USAL te estas superando?
Claro, porque después de tanto tiempo sin estudiar, cuatro años sin ir a la facultad, pensé que iba a venir y me iba a sobrepasar. Y la verdad que no. Me da eso la Universidad, superarme a mí mismo académicamente y mentalmente, no solo en lo físico.

Massimo supo rápidamente a quien mencionar ante la pregunta de quienes son sus referentes de vida, sus modelos a seguir: “Soy muy fanático de los luchadores, como puede ser Lionel Messi, Cristiano Ronaldo. Esa gente que sacrifica mucho, y que intenta e intenta. Realmente casi toda mi vida la asimilo por el deporte, y por eso Messi sería mi mayor referente.  Es la persona que más me alegra con sus logros. Me identifico con él. Tuve la oportunidad de ir a verlo, y lloré de alegría, me transmite cosas que ni yo mismo me transmito”.

¿Quién es Massimo cuando no está cursando o jugando al fútbol. Fuera de la Facultad y del Deporte?
Normalmente le doy su lugar a mi novia y a mis amigos. Soy bastante amiguero, me gusta mantener mi circulo. También trabajo en redes sociales, como influencer. Tengo varios eventos y proyectos a los que voy. Esa es una faceta de mí que mucha gente no conoce. Hoy me concentro más en la facultad y en el fútbol, pero en su momento las redes sociales cuando las explotaba más me daban mucho rédito y me hicieron vivir un montón de cosas. Viví viajes, conocí muchos lugares de Argentina, conocí a mis amigos actuales. Conocí a un montón de referentes, fui a eventos que nunca me hubiera imaginado. Trabajé con marcas, me abrió puertas. Por eso también quiero aprender como poder aplicar el marketing a eso. Cómo explotarlo más. Fuera de lo que hago comúnmente, las redes sociales son mi tercer pilar de lo que hago día a día.

Para finalizar la entrevista le preguntamos qué mensaje de vida le dejaría al Massimo de hace cinco años atrás, manifestó: “Le recomendaría que no dude tanto. Siento que por dudar y dejarme llevar por comentarios no termine haciendo lo que a mí me gusta, y eso me limitó”. En adición, señaló: “El miedo a fracasar o el miedo a “perder tiempo”, en realidad no es así. No se pierde el tiempo, sino que se gana experiencia. Creo que si le pudiera hablar a Massimo de hace cinco años le diría que deje de dudar y se enfoque en cualquier cosa que se proponga”.


Por Jazmín Martina Sily, estudiante de Comunicación Social de la USAL en el marco de las prácticas educativas de capacitación.

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