Testimonio USAL de Juan Stinchi. Carrera de Arquitectura
Juan Stinchi, graduado de la carrera de Arquitectura de la Facultad de Arte y Arquitectura, conversó con el Centro para Graduados de la Universidad del Salvador (USAL) y nos brindó testimonio sobre su paso por la Universidad y su trayectoria.
¿Cuándo te graduaste? ¿Por qué decidiste estudiar esta carrera?
Me recibí en 2019. De chico, me sorprendía la capacidad que tenían los edificios de transmitir sensaciones a través de sus espacios. Recuerdo la casa de mi abuela, una casa moderna con una gran losa de hormigón y, debajo de esta, cerrada completamente en cristal, con puertas que emergían de los muros y generaban espacios más pequeños. Esa dinamización, que hasta ese momento me era desconocida, me asombraba y me llevaba a dibujar pequeños proyectos de arquitectura en papel. De grande, cuando tuve la oportunidad, decidí seguir esa pasión y estudiar arquitectura.
¿Qué recuerdo tenés de la Universidad?
Recuerdo la Universidad con cariño: allí conocí amigos, colegas y hasta a mi esposa, madre de mi hija Justina —una bebé de ocho meses, hija de arquitectos—. La universidad fue como un “sandbox” para mí, un espacio donde pude probar una gran variedad de técnicas de representación y adentrarme en el mundo de las tres dimensiones, interpretando espacios y geometrías, y buscando distintas formas de virtualizarlas. Esa experiencia me permitió desarrollar un perfil poco convencional dentro de la arquitectura, integrando tecnología en cada proyecto y área, ya sea construcción, instalaciones o diseño. Ese entorno me dio las bases para lo que hoy es mi perfil profesional: uno más tecnológico, pero sin abandonar la sensibilidad, que me permitió expandir la arquitectura hacia nuevas áreas.
¿Qué destacarías de la formación en la USAL?
La carrera de arquitectura en la USAL tiene un enfoque muy claro de la inserción de la arquitectura en el paisaje y el territorio, brindando una perspectiva amplia y contextual. Esta formación me permitió no solo enfocarme en la arquitectura como método de creación de espacios y atmósferas, sino también en el rol del arquitecto como coordinador de estructuras, organización y equipos de todo tipo. Esa capacidad de coordinación, en conjunto con la aplicación de tecnología como los relevamientos tridimensionales o la generación de modelos 3D, me permitió insertarme en mercados muy diversos como la ingeniería, la industria naval, la topografía e incluso la industria del cine.
¿A qué te dedicás actualmente?
Actualmente dirijo el estudio de arquitectura “Káuü” junto a mi esposa, la arquitecta Victoria Lorenzo —también graduada de la USAL—. En Káuü desarrollamos proyectos de arquitectura integrando documentación bajo metodología BIM y relevamientos tridimensionales.
También soy socio en Transpetrol S.A., una empresa con más de 45 años en la industria del gas y petróleo, que también funciona como constructora de naves industriales y edificios residenciales de mediana y gran escala. En 2018 incorporamos un área tecnológica llamada BIMCapture, la cual cofundé junto a un colega agrimensor, también socio en Transpetrol. BIMCapture se especializa en relevamientos tridimensionales con escáneres láser y fotogrametría, aplicados a proyectos de infraestructura, arquitectura e industrias como el cine. Esta unidad se convirtió en el área más tecnológica de Transpetrol, y actualmente trabajamos de manera integrada en múltiples proyectos a nivel nacional, combinando tecnología de punta con experiencia profesional.
Además, participo en seminarios universitarios, cursos institucionales y programas de capacitación profesional sobre relevamiento 3D y metodología BIM, lo cual me permite compartir esta experiencia con colegas, arquitectos, ingenieros y agrimensores en distintos ámbitos académicos y laborales.
Tal vez lo más interesante, y dentro de lo poco convencional que resulta mi participación como arquitecto en rubros tan variados como el Oil & Gas, la industria naval o los relevamientos topográficos de gran escala, fue mi colaboración durante tres años en la producción de una serie de Netflix. Fui convocado en 2022 para realizar unas pruebas de escaneo de autos chocados en un predio de desguace, sin saber que eso se convertiría en tres años de trabajo continúo relevando múltiples escenarios y locaciones para la mega producción de “El Eternauta”. Este proyecto cambió radicalmente la forma de producir ficción en Latinoamérica y alcanzó un éxito a nivel mundial.
¿Cuáles son tus proyectos para el futuro?
En el corto plazo, estoy consolidando la incorporación de nuevas tecnologías como los escáneres SLAM y la visualización 3D en tiempo real mediante técnicas como Gaussian Splattings. Estas herramientas representan una evolución significativa en la forma en que relevamos y documentamos espacios físicos.
Mis proyectos se orientan hacia tres ejes:
Arquitectura patrimonial: aplicando estas tecnologías como método de resguardo, digitalización e itemización del patrimonio arquitectónico, permitiendo nuevas formas de acceso, estudio y preservación.
Infraestructura energética e industrial: particularmente en obras de gran escala como oleoductos y gasoductos, donde los modelos 3D permiten planificar, documentar y controlar con gran precisión. En este tipo de obras, los relevamientos tridimensionales resultan hoy una herramienta fundamental para el antes, durante y después de cada proyecto, ya que permiten validar y coordinar sobre hechos existentes con total claridad y efectividad.
Industria audiovisual: luego de nuestra participación en “El Eternauta”, confirmamos el enorme potencial que tiene la tecnología de relevamiento 3D para transformar la producción audiovisual en Latinoamérica, y espero seguir participando en proyectos de ese tipo.
Además, quiero seguir fortaleciendo mi vínculo con el ámbito académico, impulsando la formación en herramientas de documentación avanzada y abriendo nuevas oportunidades de colaboración entre tecnología, arquitectura y territorio. Y,¿ por qué no?, ocupar en el futuro un rol docente en la USAL.
¿Qué consejo le darías a los alumnos/graduados recientes de tu carrera?
Les diría que mantengan siempre una actitud abierta al cambio y a la incorporación de nuevas herramientas. La arquitectura, como muchas disciplinas, está atravesando una transformación profunda, y hoy más que nunca es fundamental entender cómo la tecnología puede potenciar nuestro rol profesional.
Mi experiencia me enseñó que explorar nuevos lenguajes —como los modelos 3D, los relevamientos con escáneres o la metodología BIM— no solo amplía las posibilidades laborales, sino que también permite aportar soluciones más precisas y responsables. El mundo tiende a la virtualización —en arquitectura, en infraestructura, en patrimonio e incluso en el cine—, y estar preparados para ese escenario es una enorme ventaja.
Pero también les diría que no pierdan de vista el sentido social de la profesión. La tecnología es una herramienta, no un fin en sí mismo. Sean curiosos, comprometidos y confíen en su capacidad de crear valor desde lo que saben… y desde lo que aún están por descubrir.
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