“Gens una apparatibus” en fútbol femenino USAL

Por Dr. Claudio Javier Gonҫalves

Corría noviembre de 2006 y la alumna estadounidense de intercambio internacional Christy Materson publicó un artículo sobre el fútbol femenino, que incluía algunas entrevistas, y allí afirmó: “el año 2006 es el año del nacimiento del fútbol femenino universitario”, según lo afirmaba el Secretario de Deportes de la Universidad del Salvador.

Fue cierto, porque en ese año tuvieron lugar los primeros torneos de fútbol femenino patrocinados por las universidades: la “Copa Juan Pablo II In Memorian”, en el Campus “Nuestra Señora del Pilar”, donde resultó campeón la USAL con gol de penal de Alfonsina Giani. El equipo nació con dos estadounidenses (Laura Kwoh, “crack”, y Christy Materson, también excelente jugadora), Sumi Victoria (que se destacó como finalista en TV en un programa de canto), la arquera María Noelia Menapace, y otras (hoy todas profesionales).

Otro de los primeros torneos fue en la Universidad de San Andrés, en donde la USAL terminó en el tercer puesto. Luego vendrían los Juegos de las Universidades Católicas Argentina. Materson agregó: “Vestida en el blanco y el verde de la USAL, yo jugué en los dos torneos de los Juegos de las Universidades Católicas, el primero en la Universidad de San Andrés, y el segundo en la USAL”.

Han pasado muchos años desde ese comienzo. La evolución en todos los aspectos no se ha detenido. Hoy en 2020 tenemos en la USAL equipos de fútbol femenino que no pueden jugar por la pandemia, pero que entrenan físicamente en sus casas dirigidas por las docentes a cargo. En 2006 fue una “novedad” algo impensada que emergiera el fútbol femenino, y este 2020 también es una “novedad” tener equipos entrenando vía videoconferencia.

Hace 10 años que nuestra profesora Ivana Robertazzi entrena a los seleccionados “A” y “B”. Ella es la docente entrenadora que más lauros ha conseguido en las competencias organizadas por la ADAU (Asociación Deportiva Universitaria Argentina), y ha logrado que nuestros equipos obtengan el primero y el segundo puesto en un mismo torneo, algo insólito, pero que es posible en el deporte amateur.

Ante esto, Ivana manifestó: “En los comienzos (allá por el año 2010) entrenábamos en el óptimo Club de Amigos, pero en una canchita de fútbol 5 de tierra y sin límites de líneas, donde corríamos la pelota por la pista de atletismo. A medida que lográbamos buenas actuaciones, la USAL advertía nuestro compromiso con la institución y fuimos consiguiendo más apoyo. Mejoramos los días, los horarios y la cancha. En el mismo Club de Amigos hubo reformas y hoy contamos con una cancha de alfombra sintética de fútbol 8, con las medidas en las que competimos. Por otro lado, venimos recibiendo indumentaria (medias, pantaloncitos, camisetas y camperas para los profesores). Nuestro compromiso y la comunicación con las autoridades crece a través de los años y así logramos más títulos deportivos, y tenemos más alumnas universitarias participando por su amor al fútbol, para poder combinar el cuerpo sano con la mente”.

A la vez contamos con otra profesora, Jimena Denise Colonna, que tiene a su cargo un nuevo equipo en nuestro Campus “Nuestra Señora del Pilar”, quien también se comunica con las alumnas por videoconferencias. La USAL tiene medio centenar de alumnas universitarias jugando fútbol femenino, divididas en tres equipos de 8 vs 8 y uno de 11 vs 11. Además, contamos con 2 profesoras (única Universidad con docentes mujeres a cargo), cancha de césped en Pilar y de alfombra sintética alquilada en CABA para entrenar, torneos para disputar, indumentaria, charlas, etcétera.

El seleccionado también viajó por distintas provincias en amistosos y en competencias en los Juegos de Universidades Católicas Argentinas, e incluso hubo un viaje internacional en 2011 a la República Dominicana. En ese viaje asumí la responsabilidad de dirigir al seleccionado (soy Director Técnico recibido en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino – ATFA), enfrentándonos con la selección juvenil dominicana, que tiempo después participó en las eliminatorias para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. 

En el proceso de selección de docentes a cargo del equipo femenino recomendé que sea una mujer. Las contratadas no solo están muy bien preparadas para el fútbol –ellas también han jugado–, sino que tienen un plus que es entrar al vestuario siendo mujer y comprendiendo situaciones femeninas que los varones no.  

Pero lo más importante en todos estos años no son los títulos, ni tener patrocinadores, sino haber logrado lo que en latín se denomina: “Gens una apparatibus” (“Un solo equipo”). Cuando las tres partes del trípode deportivo –alumnas jugadoras, docentes y directivos– trabajan en conjunto con el mismo espíritu y manteniendo los valores éticos que siempre están presentes en cualquier actividad, y el fair play deportivo, se logra este verdadero triunfo que trasciende los estudios, una amistad entre las alumnas que ha dado muchos ejemplos: “En el último período de sus estudios en la USAL, una alumna estadounidense de intercambio es visitada por su familia. Ellos van directamente de Ezeiza al Campus para verla jugar. Pero ella tramitó para extender sus estudios un período más, porque quería disfrutar este marco de deporte y amistad”. En años posteriores, la casa de esa alumna es la “embajada” obligatoria de las integrantes del equipo que viajan a su país. Y así muchas historias más.

Quince años después, con humildad puede afirmarse que la USAL es una potencia deportiva en fútbol femenino universitario. Pero aún estamos en una etapa que será superada cuando el fútbol femenino cumpla 50 años; estamos seguros de que en ese momento habrá muchas mejoras en canchas, elementos, indumentarias, pelotas, etcétera. Insto a que “nunca pierdan el espíritu” que le da título a este artículo.