“La Universidad debe estimularte a que tengas tus propias ideas”, Prof. Dr. Aldo Vizcaíno
Aldo Vizcaíno, destacado cirujano de nuestro país, cumplió 50 años de graduado de nuestra Universidad en 2021. Como miembro importante de los inicios de la Universidad del Salvador, dialogó con la Secretaría de Prensa sobre el pasado y el presente de nuestra Casa de Estudios.
“Volver a pisar la Facultad de Medicina fue algo especial, aunque no sea el mismo edificio en el que participamos como alumnos el sentimiento sobre la Universidad sigue siendo el mismo”, destacó Vizcaíno.
El Dr. Aldo Vizcaíno, graduado en 1971, comenzó sus estudios en la Facultad de Medicina cuya sede estaba en la Avenida Callao 542, donde ingresó junto a 60 compañeros más que debieron rendir un exigente examen de ingreso. “Era un lugar especial donde uno cosechaba muchas amistades y afectos que mantiene hasta el día de hoy, no solo con alumnos sino con los docentes, con quienes existía una relación de exigencia pero también de amistad, cercanía y respeto muy grande entre ambos”, señaló.
Al momento de ingresar a la carrera de Medicina, Vizcaíno se decidió por la Universidad del Salvador por la cercanía con los alumnos que otorgaba la primera Facultad de Medicina privada del país. “Yo venía del Colegio San José, religioso y con un ambiente muy cordial y de cercanía con los pares. Asistí a dos clases en la Universidad de Buenos Aires (UBA) pero no me hallaba en el maremágnum de sus aulas, donde uno era prácticamente anónimo; sino que buscaba algo más personal donde pueda expresar mis ideas”, afirmó.
En aquel entonces, el Dr. Vizcaíno generó relaciones con distintos grupos de alumnos y docentes, de su Facultad y también de otras carreras que compartían el edificio del Colegio del Salvador. “Había mucha libertad, todos los que íbamos cursando nos quedábamos como ayudantes de cátedras y allí conocíamos a otros alumnos más grandes y chicos”, manifiesta quien fuera integrante de la cátedra de Anatomía a cargo del Prof. Dr. Luis Dellepiane, destacado traumatólogo y anatomista que inició el Museo de Piezas Anatómicas de la Facultad.
Ese vínculo con sus pares se mantiene hasta el día de hoy, aprovechando cada oportunidad para reunirse nuevamente a rememorar sus épocas de alumnos y graduados de la Facultad de Medicina. Uno de sus recuerdos más vivos son los momentos que compartían en el Departamento de Teología, a cargo del Padre José Álvarez, donde se reunían alumnos de todas las Facultades de la Universidad en un ambiente agradable, creativo y estimulante. “Álvarez era una persona formidable que ayudó a formar un grupo muy lindo, desde donde se generaban los campamentos a cargo de los Asesores Espirituales que dejaban experiencias enriquecedoras para cada uno de nosotros”, señaló Vizcaíno.
Además, el especialista en cirugía infantil recordó la “Liga de Estudiantes de Medicina del Salvador” (LEMS), un espacio que no estaba ligado a lo político sino que buscaba un crecimiento de la Universidad con aquellas personas que querían desarrollarse a nivel profesional y personal. “Luego se formaba la Asociación de Facultades del Salvador, donde se juntaban todas las carreras y se creaba un ambiente de enriquecimiento y crecimiento permanente, de donde salieron muchas ideas interesantes que desarrollamos con el correr de los años”, destacó.
Dentro de las ideas que resultaron positivas en aquel entonces fue el “Proyecto de Medicina Rural Continua” realizado en Tartagal, Salta: “Fue un proyecto muy lindo que surgió del trabajo en conjunto entre la Universidad y Gobierno de Salta, apoyado por el Ministro de Salud Horacio Rodríguez Castells, que había sido Decano de nuestra Facultad. Este duró 6 años y se basó en llevar una medicina que nadie conocía a una zona límite con Bolivia, donde fuimos los primeros en realizar internaciones a los indios y hacheros de la zona. Estos proyectos se daban gracias a la enorme integración que existía con los docentes y autoridades de la Universidad, con quienes teníamos un trato constante para mejorar aspectos de nuestra Casa de Estudios. No existía confrontación, eran reuniones cordiales donde uno participaba y reinaba el espíritu de compañerismo y respeto”, señaló quien fuera muy cercano al Padre Ismael Quiles, por entonces Rector de la Universidad.
En esa época, de nuestras aulas surgieron muchas personalidades destacadas de la Salud, como por ejemplo el Dr. Daniel Cardinale, quien fuera titular de Fisiología de la UBA; el Dr. Juan Carlos Parodi, destacado como uno de los 12 médicos argentinos más importantes de la historia; y el Dr. Horacio Fontana, referente en la neurocirugía en nuestro país. “Eran profesionales con mucha vocación y cultura de afecto y respeto por los pacientes, algo que fue estimulado por los docentes y por el espíritu de la Universidad del Salvador”, agregó el Dr. Vizcaíno.
Partícipe de los años donde se realizó el desligue de la Compañía de Jesús, el Dr. Aldo Vizcaíno recuerda esos años como un momento convulsionado pero de mucho diálogo y respeto para decidir el futuro de la Universidad. “Cada Facultad organizó un Consejo Superior donde había espacios para alumnos, graduados y docentes que analizaban las situaciones y debatían sobre lo mejor para nuestra Casa de Estudios. En ese momento se decidió mantener algunos símbolos importantes para nosotros, como el edificio donde funcionó la Facultad de Medicina hasta 2019, en Tucumán 1845; el Instituto Latinoamericano de la Investigación en Fertilidad, donde se habían desarrollado muchos grupos de grandes investigadores; y también el Escudo de nuestra Universidad, que hasta el día de hoy sigue siendo parte. Son símbolos que forman parte de la historia y del presente y que después de tanto tiempo no se pueden quitar. El escudo de la Universidad une a las primeras camadas con el que está realizando el examen de ingreso hoy en día”, manifestó.
El Dr. Vizcaíno mantuvo su vínculo con la USAL una vez graduado, primero como Director del Área Paramédica de la Facultad de Medicina, donde funcionaban más de 250 docentes y 400 alumnos en las carreras de Fonoaudiología y Musicoterapia, lugares de referencias nacionales en aquel momento. Además, continuó como profesor de Anatomía junto a los hermanos Dres. Eduardo y Alfonso Albanese. Más tarde fue designado como Secretario Académico de la Facultad; y fue parte de los que conformaron la Asociación Civil de la Universidad del Salvador, a la que hoy sigue perteneciendo como miembro.
El 25 de noviembre del año pasado, el Dr. Aldo Vizcaíno y sus compañeros regresaron a la Universidad para celebrar las “Bodas de Oro”, cumplidos los 50 años de su graduación. Esta vez no lo hicieron en sus viejas aulas, donde no existía la calefacción ni los pupitres modernos, sino que visitaron por primera vez el nuevo edificio de la Facultad de Medicina, ubicado en Avenida Córdoba 1601. “Quedamos admirados por el crecimiento y la magnitud de la Facultad. Si bien en nuestra época lo material no era importante, el contraste fue muy grande y la experiencia se tornó inolvidable”, manifestó. Además, comentó algunos pormenores de la reunión: “Algunos de nuestros compañeros propusieron reunirnos y realizar una Misa en conmemoración por nuestros 50 años de graduados. Yo conocía al Rector, Carlos Salvadores de Arzuaga, ya que participamos juntos de una Comisión Organizadora en el 50º Aniversario de la Universidad, junto a Ana Zagari y Eduardo Suárez; por lo que me contacté con él para ver si existía la posibilidad de realizar este acto dentro de la Universidad. Enseguida me comunicó con el Decano de la Facultad, Daniel Martínez, quien fuera alumno de varios de nuestros compañeros, y nos ofreció realizar la Misa dentro del nuevo edificio. Así fuimos convocando a todos los presentes y se dio un momento muy ameno, una experiencia que uno puede lograr en una Universidad como esta y gracias al vínculo cercano y el espíritu que se forjó durante tantos años”.
Además de su trabajo en la USAL, el Dr. Vízcaino desarrolló su recorrido profesional en el Hospital de Niños, donde comenzó siendo residente y luego Jefe de Residentes, después Jefe de Guardia y Jefe de Unidad y finalmente Jefe del Departamento de Cirugía. Además, en la década del 80’ ingresó al Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC), donde llegó a ser Secretario Adjunto.
Para finalizar, Vizcaíno destacó: “Hoy cambió el modelo social y educativo, y eso es bueno. Por más que cambie deben quedar hechos que vayan marcando improntas, la humanidad necesita de ello para fortalecer el espíritu, ya que sin ellas se desvanece el sentido. Las instituciones tienen que tener la posibilidad de generar proyectos nuevos, tienen una obligación como cristianos de generar proyectos con compromiso con el de al lado. La Universidad, por sobre todo, no puede perder nunca eso, es lo que le da trascendencia a las instituciones”.
Además, cerró con un mensaje para la Comunidad Universitaria: “Hay que lograr que los alumnos piensen. Si hay un pensamiento, hay una idea que podemos compartir o discrepar, pero no podemos dejar de generar ideas. La Universidad debe estimularte a que tengas tus propias ideas. La obligación que tenemos es volver a crear místicas para generar anclajes. La Universidad del Salvador debe tener su mística y su anclaje, tener libertad de pensamiento y demostrar, con sus principios de convencimiento cristiano, que se pueden hacer cosas e incorporar gente con nuevos proyectos”.
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