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SECRETARÍA DE PRENSA
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Personas competentes: “las 4 C”

En la perspectiva de la Pedagogía Ignaciana, “las 4 C” (competentes, conscientes, compasivos y comprometidos) son cuatro cualidades de la excelencia humana y profesional. 

En esta ocasión nos detenemos en la primera cualidad. Una “persona competente”, en términos clásicos, es la que posee los conocimientos y las habilidades para alcanzar un rendimiento profesional efectivo y satisfactorio que pueda contribuir a su propia realización.

Complementariamente, en la visión ignaciana la persona competente es “alguien capaz de crear, entender y utilizar el conocimiento y las habilidades para vivir en su propio contexto y transformarlo; es capaz de formar parte de un mundo cambiante y diverso, creando un proyecto de vida para los demás y con los demás. Es capaz de desarrollar las habilidades intelectuales, académicas, emocionales y sociales necesarias para la realización humana y profesional” (Seminario Internacional Sobre Pedagogía y Espiritualidad Ignacianas, Manresa 2014).

Es decir, no solo maneja conocimientos y procedimientos técnicos, sino que los relaciona activamente con la vida para resolver problemas y mejorar el contexto, mediante sus habilidades intelectuales, emocionales y sociales. 

En ese sentido, ser competente se relaciona con la “utilidad” que a su vez es uno de los ejes vertebrales del paradigma pedagógico ignaciano (ver: Ledesma-Kolvenbach). Ser útil se conecta con la eficacia (alcanzar un objetivo) y la eficiencia (adecuado uso del tiempo y de los recursos empleados). Bien entendida la utilidad (no es lo mismo que el utilitarismo egoísta y calculador) no sólo expresa el buen desempeño laboral, sino que también contribuye a la productividad y la equidad. Simultáneamente, cuando hay comportamientos competentes y útiles se evita el despilfarro, el consumo irresponsable y el cuidado de las personas y de los recursos naturales.

El P. Alfonso Nicolás, antiguo Superior General de los jesuitas, afirmaba en 2008 con ocasión del cincuentenario de ESADE (Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas, Barcelona): 

“Formar personas «útiles», es quizás formar servidores. No formar a los mejores del mundo, sino formar a los mejores para el mundo. Con lo que la excelencia de un profesional se mide ante todo con el parámetro del mayor servicio a la familia humana”. 

 

Mg. Eloy Mealla
Seminario Permanente Pedagogía Ignaciana
Vicerrectorado de Formación
Universidad del Salvador 
 

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